Hoy, un millón 664 mil 233 ciudadanos mayores de edad y con credencial de elector vigente en Coahuila, comparten una suerte de misión histórica; una gran y única tarea impostergable, la de salir a la calle, buscar la casilla que les corresponda y emitir su sufragio. Hoy se elige al que será el próximo gobernador, así como a 38 presidentes municipales y 20 diputados por mayoría, la suma de las autoridades a las que se habrá de confiar el manejo de los recursos públicos y la más alta responsabilidad de asegurar las condiciones de seguridad, transparencia, honestidad, promoción y generación de empleos y sobre todo eficacia en la solución de los problemas más sentidos de los coahuilenses.
Pareciera poca cosa, simplemente dejar la comodidad del hogar por unos minutos y votar, pero significa un paso gigantesco en la consolidación de nuestra democracia y una prueba irrefutable de que los ciudadanos han decidido por fin, asumir su corresponsabilidad en la búsqueda de mayores niveles de bienestar y progreso. Pareciera poca cosa, pero en realidad la participación masiva de la población en una jornada definitiva para plantear el futuro cercano de los municipios y del Estado, representa un mensaje contundente a los gobernantes que resulten electos de que enfrentarán a una ciudadanía madura, actuante, a la que simplemente no se le puede defraudar.
Los referentes de la participación ciudadana en Coahuila son impropios de una entidad federativa con vocación de futuro, ya que tradicionalmente el nivel de apatía o abstencionismo es superior al 50 por ciento. Según el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila, el promedio de la afluencia de electores a las urnas en el estado es del 48 por ciento y según el director general del organismo, Marco Antonio Kalionchiz, hay condiciones para superarlo, “no demasiado, pero sí superarlo en cuatro o cinco puntos”.
Los candidatos ya hicieron lo suyo, bombardearon a la población con sus promesas y rostros sonrientes; las propuestas y compromisos ya fueron suficientemente publicitados. Queda en manos de los ciudadanos, en esos momentos de reflexión que deben anteceder al hecho en sí de emitir el sufragio, el futuro de Coahuila, en lo general y de los municipios de la Comarca, en lo particular. Todos, a votar.
