EL PAÍS
TRÍPOLI, LÍBANO.- Miles de trabajadores sirios han abandonado durante las dos últimas semanas el Líbano, por miedo a las represalias y a los actos de venganza de la población local. Son los primeros síntomas de un clima de inseguridad que ha empezado a apoderarse del país, tras el asesinato del ex primer ministro Rafik al Hariri y la dimisión del Gobierno de Omar Karamé.
La situación de bloqueo, en la que se encuentra anclada la crisis libanesa se vio ayer agravada después que la oposición anunciara que no participarán en la formación de un Gobierno interino, hasta que dimita el fiscal general del Estado y seis mandos policiales y que el presidente Bachar al Assad anuncie oficialmente la retirada de las tropas sirias.
?Todos los trabajadores sirios de mi empresa se han ido a su país. Lo hicieron de pronto en plena noche, como si hubieran recibido la consigna de volver a sus hogares y, regresar a su patria. El miedo ha mantenido durante muchos días las fronteras prácticamente vacías, mientras los taxistas sirios se negaban a venir a Líbano por temor a las represalias. La vida comercial de la ciudad ha estado al borde del colapso?, se lamentaba ayer en Trípoli, uno de los primeros empresarios de esta capital, propietario de varias plantas de tratamiento de aceite y de fabricación de jabón, cuyas plantillas estaban compuestas en un 50 por ciento por obreros sirios.
La huida de los trabajadores sirios ha sido especialmente significativa en las provincias del norte de Líbano. Sólo en la ciudad de Trípoli la noche siguiente del asesinato de Hariri huyeron a su país entre 40 mil y 50 mil trabajadores oriundos de Siria, dejando prácticamente desarbolada y desactivada la mayor parte de las industrias locales.
INTENSIFICA BUSH PRESIÓN
El presidente George W. Bush exigió ayer en términos enérgicos que Siria retire sus soldados de Líbano, aduciendo que el mundo libre coincide en que la autoridad de Damasco en los asuntos políticos del país vecino debe concluir ahora mismo.
Elogió además el mensaje inequívoco a Siria cuando la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el canciller francés Michel Barnier ofrecieron una conferencia de prensa conjunta en Londres el martes.
?Ambos se alzaron para espetarle a Siria: ?saquen sus soldados y sus servicios secretos del Líbano para que la buena democracia tenga una oportunidad de florecer??, dijo Bush.
El mundo, dijo, ?habla con una sola voz cuando se trata de garantizar que la democracia tenga una oportunidad de prosperar en Líbano?.
Las palabras del presidente, sumadas a las de Rice y otros funcionarios de su Gobierno esta semana, representan las presiones más intensas hasta ahora de Estados Unidos a Siria.
?Siria conoce las preocupaciones de la comunidad internacional, y sabe qué debe hacer para modificar su comportamiento y convertirse en un miembro constructivo de la región y la comunidad internacional?, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Scott McClellan.
El embajador turco Osman Faruk Logoglu exhortó al Gobierno a ofrecer incentivos comerciales y diplomáticos a Siria. ?Las probabilidades de que Siria se retire son mayores que nunca?, dijo Logoglu a los periodistas. ?Pero evidentemente va a tomar mucho tiempo?.
