Oliverio Reza Cuellar, director del penal asegura que la exploración es ocular
El maltrato, la forma grosera como se expresan y la posición corporal que les hacen adoptar para su revisión táctil (con las manos) en sus partes nobles, son algunas de las quejas que emiten las personas que visitan a los internos en el Centro de Readaptación Social No. 1 (Cereso), en contra del personal de Seguridad y Vigilancia de dicha institución.
Aunque en diversas ocasiones el director del penal, Oliverio Reza Cuéllar, ha manifestado que la revisión es ocular y solamente cuando existe alguna prueba de que introducen droga en sus partes nobles se traslada a la persona a la clínica del mismo Cereso o del Hospital General, para que le sustraigan lo que lleva dentro, las personas que van a la institución opinan lo contrario.
En relación con las inconformidades de los visitantes, quienes asisten normalmente al Cereso para ver a sus familiares internos y entregarles alimentos o diferentes artículos, El Siglo de Durango llevó a cabo una serie de entrevistas con mujeres que se presentaron en la institución para visitar a algún pariente.
La respuesta que se obtuvo en la mayoría de las personas entrevistadas fue que existen empleadas de vigilancia que se exceden en cuanto a la revisión y trato a los visitantes.
Algunas dijeron que no son todas, pues en ocasiones les ha tocado gente amable, pero por lo regular las revisa una mujer a la que describen como una ?nalgona? y que se sobrepasa en la inspección.
?Desde que estoy haciendo fila para que me den la ficha, ya estoy pensando en que me van a tratar mal a la hora de la revisión, entro y dejo la comida y cuando paso a los cubículos solamente trato de no pensar porque me da mucho coraje y siento impotencia de que no puedo hacer nada cuando me agachan y me tocan?, fue la respuesta de una mujer que visita a su esposo.
Un par de muchachas que iba llegando expresaron que cuando una de ellas fue la primera vez a visita, la ?empinaron bien feo? y le tocaron todo, haciéndola sentir mal, pero señala que nada puede hacer, pues le dicen que para la otra no la dejarán entrar.
Una señora que salió de visitar a su hijo comentó que a ella no le han faltado al respeto, pero que a su hija sí la trataron mal; es por eso que ya casi no lleva a la menor de 16 años, pues en ocasiones ha visto que salen mujeres llorando cuando las revisan.
Una mujer de mediana edad, a quien se le nota un tono de voz extranjero, y por ende se adivina que no es de este país, dijo: ? a mí me ?empinan? y me echan para abajo nada más porque no soy mexicana, y me dicen cosas?.
Llegó una camioneta con una señora de aproximadamente 30 años acompañada de tres niños de entre siete y diez años; ella comentó que ya casi no va a visitar a su esposo por la misma situación, pues no es justo que cada vez que se reúne con su cónyuge tenga que pasar por eso. ?Nos agachan de una forma grosera, con la mano nos tocan todo, y pareciera que no es con el fin de encontrar alguna droga, si no por agredir sexualmente a las que pasan?.
La misma mujer dijo que en el caso de los menores no se ha percatado de algo raro, les ha preguntado y al parecer no los han afectado.
Por último, indicó una visitante: ?no sé si sea el cansancio o las pocas ganas de hacer su trabajo, pero en ocasiones se portan muy prepotentes y agresivas las mujeres que revisan?, señalando que el Director debería hablar con ellas.
Quejas en contra de personal de vigilancia
Las mujeres que visitan a sus parientes internos en el Cereso se inconformaron por el trato que reciben, pues se exceden en la revisión.
Manoseo.
Groserías.
Empujones.
Falta de respeto.
Amenazas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.