Señalan que la Diócesis de Saltillo tiene registrados varios casos de agresiones de parte de guardavías
EL SIGLO DE TORREÓN
SALTILLO, COAH.- En esta capital la agresión a centroamericanos y los abusos y acciones de violencia encabezados por guardavías de Transportación Ferroviaria Mexicana no son hechos aislados, según datos dados registrados por la Diócesis de Saltillo.
Por ejemplo, el 24 de febrero de 2002, guardias de seguridad de la empresa española Eluen, quien entonces daba el servicio de seguridad a TFM, detuvieron a Rubén Márquez García, ?El Márquez?, mientras robaba estéreos y autopartes de los automóviles recién fabricados transportados en ferrocarril a Estados Unidos.
Dos semanas después ?El Márquez? apareció muerto en las inmediaciones del rancho ?Las Bocas? de San Luis Potosí. El cadáver estaba justo a un costado de las vías del tren.
El 18 de marzo de ese mismo año se reportó la desaparición de Álvaro Gómez Colunga, saltillense dedicado a la reparación de artículos electrónicos. Sus familiares recurrieron a todas las instancias, hasta que las autoridades lo encontraron, pero muerto, a un costado de las vías que atraviesan en el municipio San Felipe, Guanajuato. Dos ex policías de Eluen se encuentran presos por este homicidio.
La Diócesis de Saltillo también reportó el caso de un centroamericano no identificado que el 17 de mayo de 2002 perdió la oreja izquierda tras ser agredido a pedradas por los guardavías de Protección Canina, la cual sustituyó a Eulen.
El 24 de mayo, Elmer Alexander Barahona y otro hondureño de quien sólo se sabe se llamaba ?David?, fueron muertos a balazos mientras dormían a un costado de las vías del tren, en la colonia La Esperanza, al sur de Saltillo. El responsable, quien se encuentra preso, fue un militar presuntamente con capacidades mentales alteradas.
En septiembre de 2004, la hondureña Sonia Elizabeth Cázares vio cómo su pierna derecha se le desprendía al caer bajo las ruedas de un tren en marcha, de donde fue aventada por elementos de seguridad de la empresa Copssa.
El caso se denunció ante el Ministerio Público y justo cuando la afectada acababa de identificar a uno de sus agresores, la hondureña desapareció de la Casa del Migrante Belén, donde convalecía.
Precisamente la situación más reciente que se presentó es similar a la de Sonia, sólo que esta vez la protagonista fue la guatemalteca Maritza Barrios, de 20 años de edad.
Como se ha venido informando, la centroamericana no accedió a las pretensiones sexuales de los guardavías de Copssa, quienes en respuesta a eso la echaron del tren de carga en marcha.
Debido a las lesiones que presentó, los médicos del Hospital Universitario le amputaron la pierna derecha.
Guardan silencio
La empresa regiomontana Consultores Privados de Seguridad Privada, Copssa, cuyos agentes agredieron a golpes, intentaron violar y lanzaron de un tren en marcha a una centroamericana, ha preferido guardar silencio sobre el caso.
La firma, con sede en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, no ha querido ofrecer su opinión respecto a los hechos que llevaron a la guatemalteca Maritza Barrios a perder la pierna derecha.
A través de una llamada telefónica, Fabiola Sánchez, al parecer secretaria en ese establecimiento, señaló que ninguno de sus jefes está dispuesto a proporcionar información a la prensa.
Sin embargo, en el sitio electrónico de Copssa, los navegantes de Internet pueden tener acceso a una versión de calidad y servicios muy distinta a la que realmente operan sus representantes en Saltillo
