Los investigadores recomiendan consumir carne de pescados como el salmón o las sardinas al menos dos veces por semana.
Los recuerdos son un capital humano enorme y cuando una persona es atacada por el mal de Alzheimer se pierde mucho más que la memoria, la gente se queda sin nada y deja a quienes la rodean en una situación de indefensión.
Un grupo de científicos de Gales se han propuesto descubrir exactamente cómo el aceite que se encuentra en los peces puede proteger contra el mal de Alzheimer.
Al parecer el comer carne de pescados como el salmón, las sardinas y las caballas reduce el riesgo de desarrollar demencia.
Ahora, una investigación de la universidad de Cardiff busca establecer cómo puede ayudar a curar la enfermedad.
Los investigadores recomiendan que las personas consuman este tipo de pescado al menos dos veces por semana.
El experimento utilizará ratones diseñados genéticamente para padecer la enfermedad que serán tratados con diferentes dietas para observar su evolución.
Estudios preliminares han mostrado que los ratones que se han alimentado con pescados grasosos experimentan mejoras en las funciones del cerebro.
Al parecer, el tipo de aceites que se extrae de los peces que contiene Omega 3 previene la formación de una proteína amiloidea, que crece como una placa en el cerebro de la personas que padecen Alzheimer y reducen las funciones del cerebro.
Señales de la memoria
Algunos especialistas dicen que hay claves que pueden ser consideradas como síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
1) Es normal que ocasionalmente se olvide un compromiso o el nombre de alguien conocido; pero si estas lagunas son frecuentes o hay confusiones inexplicables en la casa o en la oficina, pueden ser evidencia de que algo anda mal con las funciones del pensamiento.
2) Las personas muy ocupadas se distraen en ocasiones. Olvidan algo que se está calentando en la estufa o servirse alguno de los platillos que han sido preparados. Las personas con Alzheimer pueden cocinar alimentos y no solamente olvidarse de servirlos, sino, incluso, que ellos los hicieron.
3) Todos hemos tenido dificultades para encontrar una palabra.
A diferencia del resto de las personas, un sujeto con Alzheimer, puede olvidar las palabras de uso cotidiano o sustituirlas por palabras incorrectas, creando frases incomprensibles.
4) Es normal que olvidemos qué día de la semana es o que al llegar a la tienda no recordemos qué artículo queremos. Las personas con Alzheimer con mucha frecuencia no recuerdan la fecha y suelen perderse en su propia calle, no saber dónde están, cómo llegaron a ese lugar y cómo regresar a casa.
5) Decidir no ponerse suéter o abrigo en una noche fría puede ser un error. Una persona con Alzheimer puede vestirse de manera inapropiada, por ejemplo, usar bata de baño en el supermercado o varias camisas al mismo tiempo.
6) Realizar una operación matemática puede ser difícil. Para alguien con Alzheimer reconocer los números o elaborar cálculos básicos -como la suma o la resta, por ejemplo- puede ser imposible.
7) Todos en alguna ocasión perdemos una cartera o las llaves.
Cuando este padecimiento ataca se suelen colocar los objetos en lugares inapropiados, como una plancha en el refrigerador o un reloj en la azucarera y después no comprender cómo llegaron ahí.
8) Todos experimentamos cambios de estado de ánimo, es parte de la naturaleza humana. Las personas con Alzheimer tienden a presentar cambios de estado de ánimo con mayor rapidez sin que exista una razón aparente.
9) La personalidad de los individuos puede cambiar con el paso de los años. En un sujeto con la enfermedad cambia repentinamente, de tal forma que alguien que solía ser amable se puede tornar agresivo.
10) Es normal cansarse del trabajo o de las obligaciones sociales. Una gente con Alzheimer suele presentar desinterés o buscar no involucrarse en muchas de las tareas cotidianas.
