Liberan a cuatro “paisanos” secuestrados; se iba a pagar rescate en el municipio de Canatlán
Ulises González Nájera de 29 años de edad y agente de la Unidad Contra el Crimen Organizado (UCCO), perdió la vida durante un enfrentamiento con unos secuestradores; en la acción de rescate, dos agentes más resultaron lesionados, dijo el director de la Policía Ministerial Pedro Chávez Cibrián, quien también participaba en los hechos.
El operativo de rescate se realizó después de la denuncia interpuesta por los familiares de los secuestrados, participaron 22 elementos de la Ministerial, entre ellos el agente fallecido.
Las acciones iniciaron desde las seis y media de la tarde, cuando se entregaría el rescate, y fue alrededor de las 21:00 Horas cuando se dio el enfrentamiento.
Según los reportes de la Policía Ministerial, los acontecimientos se dieron en el kilómetro 60 de la carretera Durango - Parral al filo de las 21:00 Horas del viernes.
El director de la Policía Ministerial, Pedro Chávez Cibrián, quien participó en el enfrentamiento, informó que no se sabe con exactitud cuántos agresores participaron, pero se estima que eran alrededor de diez sujetos que recibirían el dinero del rescate, el cual, originalmente era de 50 mil dólares, pero los familiares de los secuestrados únicamente habían reunido la cantidad de 22 mil.
Chávez Cibrián, agregó que el enfrentamiento duró varios minutos; tanto por parte de los secuestrados como de los representantes de la ley, se dieron los disparos en ambos lados en donde lamentablemente se perdió la vida de Ulises González Nájera, agente de la UCCO.
Aunque no se asegura por parte de las autoridades si en dicho enfrentamiento hay secuestradores muertos, se cree que existen por lo menos lesionados: “le baleamos toda la camioneta, en el parabrisas del lado del chofer le pegamos como 30, del otro lado también está todo lleno de sangre, cuando trataron de huir frenó con un canal y allí está lleno de sangre, del lado del copiloto” narró Chávez Cibrián, ante esta situación, agregó que existe alguna probabilidad de que al menos uno de los secuestradores pueda estar muerto.
“Lamentablemente en estos casos ellos son los que ganan, se pierde una vida pero se salvaron cuatro”, expresó el director de la Policía Ministerial, refiriéndose a los secuestrados que resultaron ilesos.
Los agentes lesionados, Sebastián Rocha Veloz y Venancio Flores Macias, sufrieron heridas de bala, el primero de ellos en la pierna izquierda con fractura de tibia y peroné y el segundo con una herida similar en la pierna derecha a la altura del muslo; ambos fueron atendidos en la clínica de Canatlán y posteriormente fueron trasladados al hospital del ISSSTE de la capital en donde se encuentran fuera de peligro.
Rescate de los secuestrados
Aunque la negociación del rescate se iba dar en la zona donde sucedieron los hechos, los cuatro secuestrados se localizaron alrededor de las dos de la mañana de ayer en una casa en las faldas del Fraccionamiento Los Remedios de la capital.
Estas cuatro personas se mantenían amarradas con cinta gris en sus manos a la altura de las muñecas, amordazados y vendados de los ojos y obviamente privados de su libertad desde el martes por la noche.
El levantamiento de estos secuestrados se dio en la noche del martes en el municipio de Tepehuanes, los raptados llevan por nombre Oscar y Víctor Manuel Cervantes Rodríguez de 25 y 16 años de edad respectivamente, su tío Juan Rodríguez Ríos de 31 años de edad, originarios de Tepehuanes y actualmente cuentan con una residencia en la ciudad de Chicago, así como Efraín González Guerrero de 48 años de edad quien los acompañaba en esos momentos.
En la declaración que hicieron los plagiados, describen que ellos se encontraban de paseo por este municipio de donde son originarios, para pasar las fiestas de fin de año.
Indicaron que la noche del martes ellos viajaban en su camioneta y fueron interceptados por otras dos, en las cuales viajaban alrededor de ocho sujetos con armas largas, vestidos de negro y decían ser “agentes del gobierno”, y que supuestamente los detenían para investigarlos.
Durante el trayecto, comentan los secuestrados, que fueron interrogados por los supuestos agentes, sobre si tenían dinero o no... “más le vale que tengan lana porque los vamos a matar” comentaron.
Después del atraco, los delincuentes pidieron el rescate a uno de los hermanos de los Cervantes Rodríguez, quienes vía telefónica pedían 50 mil dólares por la liberación de sus familiares.
Al ver en la problemática en que se encontraban, los familiares dieron aviso a las autoridades para que los rescataran. Por lo anterior se montó el operativo para capturar a los secuestradores con el enganche de que se les pagaría, y poder aprehenderlos.
Debido a los hechos ocurridos en la carretera Durango a Parral, los sujetos que sostuvieron el enfrentamiento con los policías ministeriales y que mantenían vigilados a los secuestrados, se dieron por enterados y huyeron del lugar, dejando abandonados a sus víctimas.
Las víctimas se consideraron salvados cuando los pillos se dieron a la fuga, por lo que aprovecharon para salir de la casa en donde estaban y pedir ayuda.
Cuando fueron atendidos los plagiados y con la declaración que rindieron, se pudo enlazar con lo ocurrido en el kilómetro 60 de la carretera Durango a Parral.
Avances de la investigación.
El procurador del estado, José Luis Carrillo Rodríguez, informó que se está indagando sobre los responsables de los hechos: “Sé está trabajando en la ubicación de los responsables en este hecho lamentable, se tiene asegurado un domicilio en el que seguramente se habrán de obtener datos y alguna una línea de investigación para dar con ellos”, comentó.
Asimismo el Procurador informó que se ha localizado uno de los vehículos en donde operaban los secuestradores, es un auto en el que se encontraron rastros de sangre por lo que suponen que están lastimados.
“No hay conocimiento del deceso de alguno de los sicarios, pero esto es dato indicativo de que una de estas personas está herida” recalcó.
En la camioneta se aseguraron tres armas tipo “Cuerno de Chivo”, por esto se piensa que los secuestradores se encuentran cerca del lugar donde sucedieron los hechos.
Honores
Rindieron homenaje a policía caído.
Con lágrimas en los ojos, Pedro Chávez Cibrián, narró los hechos en que murió el policía de la UCCO; su voz entrecortada contó cómo este policía perdió la vida ante sus compañeros.
El comandante quien vio caer al policía, reconoció la labor de Ulises que en cumplimiento de su deber, sin deberla ni temerla dio su vida a cambio de los cuatro secuestrados.
Ante sus familiares, los cuales no dejaban de lamentar la muerte de Ulises de tan sólo 29 años de edad, las autoridades rindieron homenaje por su valor para enfrentar a los delincuentes que privaban de su libertad a cuatro ciudadanos.
Su madre Herlinda Nájera, su padre José González, así como los hermanos, parientes, amigos y compañeros de trabajo, rindieron honor a quien honor se merece por su valentía.
Los familiares de Ulises escucharon las palabras de aliento la directora de Averiguaciones Previas, Ruth Medina, así como las del Jefe de la Policía Ministerial, quien estuvo también en el enfrentamiento y vio caer a su compañero de trabajo.
Aunque tarde, después de su proeza con los bandidos, fue entregada a su madre la medalla al mérito por parte del Procurador del estado, así como del gobernador del estado Ismael Hernández Deras quien acompañó en su dolor a esta familia desconsolada.
Se pasó lista de asistencia de los compañeros y quienes lo conocían iban montando gurdias de honor entre ellos, sus compañeros, agentes de vialidad, elementos de la Cruz Roja, así como sus jefes directos.
Rostros caídos y con lágrimas, era el panorama común en el homenaje de este heroico policía en las instalaciones de la ministerial.
Los restos de este policía serán enterrados hoy por la tarde.
pesquisas
Avances de la investigación.
El Procurador del Estado José Luis Carillo Rodríguez, informó que se tienen datos para dar con el paradero de los secuestradores.
· Se encuentra una casa asegurada.
· Tienen uno de los vehículos en el cual huían los secuestradores.
· Se cuentan con huellas de sangre.
· Aseguraron tres metralletas tipo Cuerno de Chivo.
· En la casa se encontraron documentos para saber quiénes son los delincuentes.
FUENTE: Investigación del El Siglo de Durango.
Lugar donde ocurrió la balacera
Todo era confusión y hermetismo. El lugar donde ocurrió la balacera era custodiado por cuatro camionetas de la Policía Ministerial con apoyo de otras dos unidades de la Policía Federal Preventiva. Ojos rojos y hombros cansados de un puñado de ministeriales, se veían unos a otros todavía sin comprender lo que había pasado.
Personal de Homicidios aun desmenuzaban el pasto a un costado de la carretera, alrededor de una mancha de sangre donde cayó Ulises González Nájera; un tiro de “cuerno de chivo” le pegó en la cabeza. Fue instantánea su muerte.
Esquirlas y algunos cascos eran levantados e introducidos a una caja de cigarros, después que por la noche médicos forenses y peritos recorrieron gran parte del área en busca de pistas y pruebas para complementar las indagatorias.
El viernes por la noche cerca de las 22:30 sonó en los matras el código para reportar a un agente muerto y otros dos heridos. En el kilómetro 60 de la carretera Durango-Parral, cerca del rancho Lienzo Blanco, elementos de la Unidad Contra el Crimen Organizado(UCCO) de la Policía Ministerial se enfrentaron a balazos contra una banda de presuntos secuestradores,, instantes en que acompañaban a un familiar para entregar el rescate.
Quienes recogerían los 50 mil dólares vieron que todo había salido mal, ya que los plagiados habían sido localizados y ellos descubiertos. No había marcha atrás, debían huir a como diera lugar.
A bordo de una Chevrolet, de color blanco, tipo Silverado placas FP-01016, los AK-47 vomitaban ráfagas de plomo contra los vehículos oficiales, los fusiles R-15 del grupo especial rompieron el silencio de la noche para contestar la agresión. De las unidades policiacas, color negro mate se distinguía solamente los faros que alumbraban la oscuridad.
La camioneta doble cabina tripulada por los secuestradores se internó entre las parcelas para tratar de huir, pero a kilómetro y medio cayó a un canal. En pocos minutos fueron alcanzados por disparos de los agentes especiales. Una treintena se incrustó en el lado del conductor, perforado el parabrisas.
Por los indicios en el vehículo, el conductor y su acompañante heridos de gravedad, salieron a toda prisa dejando los manotazos de sangre por el marco de la puerta. La muerte los acechaba, pero ese no era el momento, pues finalmente habían logrado burlar a los agentes.
Aun y cuando los vehículos oficiales cercaron el perímetro, no pudieron dar con los maleantes, a pesar de que iban malheridos.
Estamos en apoyo, no sabemos nada
Las horas fueron difíciles. El frío cortaba la piel de rostro y de las manos. Había que esperar hasta la mañana para recoger los vehículos de los presuntos secuestradores y vigilar el área del crimen. A kilómetros se divisan los cerros, pero de nada sirven para contener el viento gélido de invierno.
No había nada que hacer, sólo esperar y confortar el dolor del compañero caído en la fogata preparada con troncos apilados y rocas. Después de la intensa búsqueda por los alrededores no había nada que hacer más que aguardar la luz del día, así lo habían ordenado los jefes.
En pocos minutos el comandante de Santiago Papasquiaro, José Luis Ricalday, y de Tepehuanes, Adán Unzueta Vargas había sido alertados para apoyar el operativo de búsqueda. Más de 50 elementos en diferentes vehículos inspeccionaban los alrededores para dar con algún indicio pero no hubo suerte.
Cerca de las 09:00 horas El Siglo de Durango llegó hasta el lugar del crimen, tres kilómetros adelante de La Granja. A la orilla de a carretera, una camioneta Chrysler, Ram de color negro, cabina y media, con placas de Coahuila EP-42-081, era custodiada por los elementos policiacos
Estacionada con el frente hacia el sur, el mueble presentaba de tres a cuatro impactos de bala en el costado derecho. Tenía las llaves puestas y en ligeros comentarios de los presentes, señalaban que iba tripulada con varios de sus compañeros al momento de la balacera.
No había líneas amarillas, por la madrugada fueron retiradas una vez que el cadáver de Ulises fue levantado. Automovilistas bajaban un poco la velocidad para ver que había ocurrido, continuando sin siquiera bajar las ventanillas.
El comandante José Luis Ricalday, vestía una sudadera gris con pantalón de mezclilla y botas vaqueras empolvadas. La .9 milímetros fajada a la cintura le daba un toque de autoridad, pero a la vez de respeto ante sus subalternos.
“No se nada, de veras decía -los jefes solamente pidieron nuestro a poyo sin comentar otro detalle y exclusivamente ellos pueden decir algo”. Con el rostro cansado y la mirada irritada, evita los rayos del sol y señala: Desde anoche el Ministerio Público y los jefes vinieron y nos dejaron resguardando la zona y los vehículos, ellos pueden tener los datos, aquí ya no hay nada”.
A lo lejos una nube de polvo se levanta y dos grúas transportan los vehículos al parecer en que pretendían huir los secuestradores. La Silverado blanca está llena de sangre por el costado derecho y encima del cofre. Los impactos de bala fueron certeros en el parabrisas. Los neumáticos delanteros están llenos de lodo y hierba seca.
Detrás una segunda grúa remolcaba una camioneta de color verde, no se alcanza a distinguir el modelo, pero sí las placas PJ 85041 del estado de Chihuahua, dicen que esa tenía rotas las rótulas y que también era tripulada por Ministeriales en la persecución.
Antes de retirar los vehículos hicieron acto de presencia dos unidades con elementos de Protección Civil, eran del grupo de Rescate Acuático; acompañados de camarógrafo y reportero de conocido canal de televisión. Van a buscar el cuerpo de uno de los secuestradores, afirman, ya que al parecer cayó a un canal y pretenden sacarlo, pero no hay éxito, no logran ubicar el lugar y se van.
Luego de retirar los vehículos del lugar, las unidades policiacas hacen lo mismo. No hay nada que hacer, el personal de apoyo se mantiene en alerta por diferentes rumbos con la descripción de los presuntos plagiarios y se dedican a la búsqueda.
Los rescoldos de la fogata humean, son mudos testigos de la impotencia que sienten los compañeros del elemento caído al no saber el paradero de sus asesinos. Algunos vehículos pasan y bajan la velocidad, tratan de saber que pasó.
La mancha de sangre se impregna en la tierra, mientras el sol reseca la hierba. No hay cruz que señale el sitio donde cayó Ulises. Poco a poco el viento de invierno esparce la tierra cubriendo el lugar, esperando no caer en el olvido.
No hay inseguridad en Canatlán: Síndico
“Es gente que viene de fuera quienes han participado en los últimos delitos que acontecieron dentro del municipio, eso no es quiere decir que haya inseguridad en Canatlán”, manifestó el síndico municipal, Ángel García Reyes.
Con relación a los hechos de sangre ocurridos el viernes por la noche, el funcionario municipal, comentó que desde el atentado de Díaz Medina, no se habían registrado acontecimientos de esta magnitud y ello no refleja falta de vigilancia por parte de los cuerpos de seguridad.
“Está detectada la proliferación del narcomenudeo y se ha controlado, algunos centros de diversión están vigilados para evitar la entrada de menores de edad, fuera de ahí Canatlán es tranquilo y con problemas que se pueden resolver sin poner en riesgo la integridad de la ciudadanía.
Vehículos levantados en el lugar de la balacera:
UNIDAD MARCA TIPO COLOR PLACAS ESTADO IMPACTOS
- Camioneta Chevrolet Silverado Blanca FP-01016 Durango 30 en parabrisas
- Camioneta Chrysler Ram Negra EP-42-081 Coahuila 3 a 4 costado der.
- Camioneta N.D N.D Verde PJ 85041 Chihuahua Sin disparos
-N.D: No disponible
Fuente: Investigación de El Siglo de Durango
Alerta máxima
Una movilización policiaca generalizada fue la que se tuvo como consecuencia del enfrentamiento de la policía Ministerial contra una banda de presuntos secuestradores y se decretó un operativo de alerta máxima en la que participaron los efectivos de todas las corporaciones.
Lo anterior se supo ayer en la comandancia de la Dirección de Seguridad Pública Municipal en donde se indicó que a mediados de la noche se dieron instrucciones de que se reforzara el armamento de todo el personal en activo, además de que se establecieran retenes en las principales carreteras y caminos que confluyen en esta capital y en especial en la carretera hacia Canatlán.
Momentos después del enfrentamiento, la situación era de riesgo extremo, se comentó, porque los presuntos delincuentes estaban fuertemente armados, temerosos y dispuestos a todo con tal de escapar de los guardianes del orden.
Por su parte, los elementos de los cuerpos de seguridad estaban temerosos porque sabían que en cualquier momento podrían ser atacados en los puestos donde estaban de guardia, además de que ignoraban la identidad de los presuntos delincuentes y las características de los vehículos en donde emprendieron la huída, así como el rumbo que siguieron.
Se comentó incluso que las ambulancias en donde se recogieron a heridos de la Policía Ministerial y que los trasladaron a esta capital, se negaban a regresar a Canatlán por temor de sus ocupantes a ser interceptados por los facinerosos que lograron escapar, pero finalmente se les puso custodia a esos vehículos de auxilio y pudieron regresar a Canatlán a continuar con sus labores.
El operativo de alerta máxima dio inicio poco antes de la una de la mañana y se prolongó hasta las cinco de la mañana de ayer.