López Obrador y peritos de la PGR realizaron una diligencia de desahogo de pruebas en El Encino; él insiste en que la instancia contruyó las pruebas en su contra.
México, (Notimex).- El jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) intercambiaron señalamientos durante la diligencia de desahogo de pruebas que se realizó este lunes en el predio El Encino.
En el recorrido, que duró casi dos horas y media, López Obrador insistió en que no se violó ningún ordenamiento judicial, que no hubo delito y que se trata de un asunto político, mientras los peritos de la PGR pidieron que dejara de emitir juicios pues se trataba sólo de una diligencia de desahogo de pruebas y recopilación de elementos.
López Obrador, integrantes de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados, agentes del Ministerio Público Federal, peritos de la parte acusadora y del acusado, y más de 100 reporteros recorrieron el cerro donde se ubica el predio.
Ahí López Obrador consideró que con la diligencia, que calificó de "penosa", se demostraría que no incumplió ninguna orden judicial y que, por tanto, no procede su desafuero. En su opinión, el delito del que se le acusa fue fabricado para eliminarlo rumbo a las elecciones de 2006.
López Obrador mostró maquinaria arrumbada y mallas ciclónicas oxidadas para demostrar, según él, que acató las órdenes judiciales y que dejó de construirse en el predio el camino a un hospital.
En la diligencia, el mandatario local adjudicó dolo mostrando a sus acompañantes los límites del predio, el camino inconcluso y el otro camino que finalmente se hizo.
Luego de su intervención, Cuitláhuac Salinas Martínez, del Ministerio Público Federal, recordó que la diligencia era sólo para el desahogo de pruebas y la recopilación de elementos de juicio con el objetivo de elaborar posteriormente la conclusión y dictaminar si procede o no el desafuero.
Una y otra parte expusieron sus argumentos y trataron de invalidar los del contrario. Los peritos de López Obrador insistieron en que la orden judicial se acató, mientras los de la PGR reiteraron que no fue así, al menos en la fecha en que el juez lo ordenó.
También trataron de evitar el tema de los límites del predio, pues en su consideración no era el punto a tratar. López Obrador en cambio argumentó eso como una prueba de que la parte acusadora desconoce sus dimensiones y límites.
Insistente, acusó a sus adversarios políticos de tramar todo este caso con el propósito de inhabilitarlo como posible candidato en las elecciones presidenciales de 2006.