Río de Janeiro, (EFE).- Un menor de 12 años encomendó el asesinato de su padre, un jubilado de 67 años que descubrió que el hijo le robaba dinero, según una acusación que la policía presentó ante la Justicia en la ciudad brasileña de Fortaleza.
El crimen, ocurrido hace un mes, comenzó a ser aclarado esta semana cuando un joven de 16 años admitió haber recibido dinero del acusado para cometer el asesinato, informó la prensa.
El autor material admitió el delito en una conversación con su madre, que inmediatamente lo llevó ante una comisaría de policía para que confesara.
Otro menor, que habría intermediado en la negociación entre el mandante y el autor material del crimen, también confesó su participación en el homicidio, según la versión periodística.
El crimen ocurrió el mes pasado en Caucaia, un empobrecido municipio que forma parte del área metropolitana de Fortaleza, la capital del estado de Ceará (nordeste).
El comisario responsable de la investigación, Aroldo Mendes Antunes, acusó al menor de haber encomendado el asesinato de su padre para poder quedarse con el dinero que el jubilado tenía en el banco, ya que el niño tenía acceso a la tarjeta bancaria y conocía la clave para retirar fondos en cajeros automáticos.
Al parecer, la víctima descubrió que, a escondidas, su hijo venía retirando dinero de la cuenta bancaria, que gastaba en diversiones con los amigos.
Antunes dijo que, tras encomendar el asesinato, el menor invitó a su padre a jugar a las cartas en la baranda de la residencia familiar y que, cuando se retiró supuestamente para ir al baño, el pistolero apareció y disparó a la víctima un balazo en la cabeza.
La policía investiga si la madre del menor estuvo presente en un encuentro con el pistolero contratado y en el que fue acordado el día del asesinato y el pago de apenas mil 500 reales (unos 556 dólares) por el crimen.
El comisario dijo que el menor confesó su responsabilidad en un interrogatorio informal y alegó que su padre lo maltrataba.
Por no tener antecedentes penales, el supuesto mandante del crimen podrá aguardar su juicio en libertad, en tanto que el pistolero, que ya había sido arrestado por pequeños delitos, fue conducido a un reformatorio.