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Addenda/Empresas familiares

Germán Froto y Madariaga

Cuando mi amigo Íñigo me comentó sobre el libro “Empresas Familiares (su dinámica, equilibrio y consolidación)” escrito por su primo hermano Imanol Belausteguigoitia Rius, me pareció un tema muy lejano de entre aquellos que comúnmente están a mi alcance.

Pero en la medida en que me fui adentrando en su lectura descubrí la importancia que tienen para nuestra economía este tipo de empresas y dentro de su aparente sencillez, la gran complejidad que encierran. Advertí además, curiosamente, la relación que tienen con el mundo de las instituciones públicas.

En 232 páginas Imanol analiza desde la naturaleza de estas empresas, hasta la forma de lograr la continuidad de las mismas, pasando por aspectos como la naturaleza de los conflictos que en ellas se presentan y la necesaria profesionalización de los negocios familiares.

Entre otros aspectos, estas organizaciones son importantes porque en América Latina, nueve de cada diez empresas son de naturaleza familiar y lógicamente, como lo señala Imanol, llamaron su atención porque: “...Estas organizaciones vibraban a una frecuencia particular...”.

En efecto, no es lo mismo el manejo profesional de una empresa de otro género, que aquella que funciona con los miembros de una familia o con amigos muy cercanos. Porque, por lo común, la cabeza de la empresa es a la vez el jefe de familia.

¿Cómo conciliar, por ejemplo, el bienestar de la familia y la prosperidad de la empresa?

¿Cómo evitar que en ella impere el desorden administrativo o cómo explotar las cualidades y capacidades de sus integrantes sin herir susceptibilidades ni crear conflictos familiares?

Resolver estas interrogantes no es sencillo y menos si tomamos conciencia que muchas de las grandes empresas que operan en el mundo son de naturaleza familiar. Así, tenemos que organizaciones como: Wal-Mart, Ford, Motorola, Carlson (hoteles), Marriott, Levi Strauss, Hallmark o The New York Times, son entre otras muchas empresas, de tipo familiar y generan miles de millones de dólares anuales y emplean a muchísima gente.

Si volteamos los ojos hacia nuestro pequeño universo citadino, nos daremos cuenta que en la Comarca Lagunera funcionan también muchas de estas empresas. Por mencionar sólo unas cuantas en vía de ejemplo, bástenos con señalar que Soriana, Cimaco, Chilchota, varias constructoras, muchos establos productores de leche, El Siglo de Torreón y hasta la empresa dulcera de mi amigo Íñigo, son de esa naturaleza.

Todas nacieron al vigoroso impulso de uno o dos hombres, empresarios o comerciantes visionarios, que fueron o aún son a la vez, jefes de la familia que las opera.

“Una empresa familiar es una organización controlada y operada por los miembros de una familia”, nos dice Imanol al definir estas organizaciones, de donde se colige que en ellas entran en juego factores y sentimientos que deben ser atendidos y manejados por quienes tienen el mando de las mismas.

Si de suyo en cualquier empresa las relaciones personales deben atenderse cuidadosamente a fin de no poner en riesgo su estabilidad, en las familiares ese cuidado debe ser aún mayor, pues si no se hace así, nunca se podrá operar con eficiencia y productividad y la empresa estará condenada a su desaparición.

Bien lo dice el dicho castellano: “Hijo de tendero: Caballero. Hijo de caballero: Pordiosero”.

Si en una empresa familiar no se cuidan los aspectos de orden en la disposición de las ganancias; si no representa una causa de bienestar para la familia; si se pone al frente de ella no al más listo y capaz de los hijos, sino al primogénito por ese solo hecho; si al crecer se contrata a profesionales desplazando a la familia; si no se busca, en fin, equilibrio y estabilidad con crecimiento, la empresa desaparecerá en unos cuantos años y las expectativas económicas de la familia se esfumarán junto a ella.

Además de los aspectos estrictamente empresariales, no podemos dejar de pensar que toda familia es una empresa en sí misma. Como empresa lo es también un municipio, un estado o un país, aunque tengan características específicas. Y que en una y otros se requieren los conocimientos y la habilidad para conciliar intereses entre los distintos grupos o personas que los integran. He aquí la interesante relación de estos temas con las instituciones públicas.

Especialmente interesante es pues este libro de Imanol Belausteguigoitia quien estará el próximo jueves por la noche en Torreón, para charlar sobre este tema de las empresas familiares en una conferencia auspiciada por el Club Isabel La Católica, la cual se llevará a efecto en el Parque España.

Bien visto, como comentamos, son temas que nos interesan a todos y después de haber leído este libro estoy seguro que la conferencia será todo un éxito.

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