Rafaela Cruz y Sofía García emigraron voluntariamente de sus hogares para no convertirse en una carga
| El Siglo de Durango
Mientras para mucha gente el 2005 es cosa del pasado, para las personas ancianas de la Casa Hogar de San Vicente de Paul significa un año más de vida, del cual agradecen y a su vez pedirán al Señor que las deje vivir aún más durante el 2006.
Lo anterior es lo que piden las señoras Rafaela Cruz, mejor conocida como Rafita, así como Sofía García García, de 89 y 90 años de edad, respectivamente, quienes además solicitarán por las madres vicentinas, sus familias, para que puedan seguir velando por ellas.
Contrario a otros ancianos que son abandonados por sus familiares, Rafita y Sofía se encuentran en la Casa Hogar por su propia voluntad desde hace diez y once años, pues aseguran que no querían ser una carga para sus hijos.
?Más vale cortar por lo derecho y sano, porque no queríamos ser una ?lata? como suegras?, expresaron.
Cada una de ellas tienen uno y dos hijos, respectivamente, quienes las visitan cada ocho días, al igual que sus nietos, ya que con más frecuencia no pueden porque tienen que trabajar para mantener a sus familias.
Rafita señala que le gustó toda su juventud, aunque no la gozó del todo ?porque me traían cortita?, pero fue feliz al lado de su esposo en la Ciudad de México, con quien se casó a la edad de 19 años y mantuvo 48 años de matrimonio hasta su fallecimiento.
Como ella lo menciona, vivir en la capital del país le dio a la oportunidad de conocer artistas de la época, entre ellos Pedro Infante, ya que ?había más facilidad para conocerlos, ahora ya no, pero ya no me acuerdo?, confesó.
Por su parte, la señora Sofía manifestó que ?Dios a pesar de ser una tan mala, siempre nos ayuda, pues me tiene vivita y ?coleando? ?, ya que afirmó que todas las amigas con las que contaba ya se han muerto.
Ella se casó cuando tenía 27 años de edad, procreó dos hijos, de los cuales debió trabajar desde su juventud para mantenerlos, pues asegura que desde hace tiempo buscó salir adelante junto con su familia tras quedarse solos.
Ahora, expresan su preocupación por la actual juventud, de la cual esperan que se componga porque está muy corrompida; empero, se lamentan por los padres que tienen sus hijos que sufren por este problema, porque cada vez es peor.
No obstante, dan gracias al Señor por toda la vida que les ha dado, así como por los regalos que les trajo en esta Navidad, que consistieron en atole, tamales, fruta, ropa, entre otras cosas, pues aseguran que se portaron bien.
Por ello, esperan que les obsequien en los próximos días alimentos como arroz, mole, frijoles y romeritos, para poder festejar un año más de vida que les regala el Señor y pedir vivir aún más durante el 2006.
Cuenta asilo con 42 personas de la tercera edad
La Casa Hogar de San Vicente de Paul actualmente tiene capacidad para albergar a 50 personas mayores del sexo femenino, pero actualmente cuenta con 42, quienes reciben hospedaje, alimentos y la atención necesaria para hacer de sus vidas una estancia feliz, aseguró Concepción Morán, trabajadora de la institución.
Por su parte, Aurora Montes de Oca Ramírez, presidenta del patronato del asilo, dio a conocer que el lugar se está manteniendo con las recaudaciones de las primeras comuniones y presentaciones, así como por donaciones económicas o en especie.
Explicó que diariamente los familiares pueden acudir a visitar a las adultas mayores, a excepción de las 13:00 horas por ser horario de comida, pero se reinicia a partir de las 16: 00 a las 18:00 horas.
