Con la rehabilitación de un Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) para los hijos de los trabajadores de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED), en el edificio que ocupaba el Internado Juana Villalobos, la dependencia dejará de gastar anualmente tres millones 800 mil pesos que pagaba al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) por el servicio de guardería, reveló el titular de la SEED, Héctor Arreola Soria.
El funcionario estatal puntualizó que en el nuevo Cendi se atenderá de 180 a 200 niños que actualmente acuden a guarderías del ISSSTE.
Señaló que se tiene contemplado realizar las adaptaciones correspondientes al local que anteriormente operaba como internado, donde se impartía el nivel de primaria.
Comentó que la infraestructura existente requiere de algunas modificaciones para convertirlo en el nuevo servicio educativo enfocado a niños menores de cuatro años.
Aseguró que se van a invertir algunos recursos para la construcción de una barda y se realizarán algunas adecuaciones fin de que redunde en una mejor protección de los infantes.
Hasta el momento se desconoce cuánto tiempo durará el proceso para la operación del nuevo centro de desarrollo; sin embargo, se tiene programado que sea en el corto plazo, precisó Arreola Soria .
Dijo que además se adquirirá el mobiliario adecuado para que los niños que acudan a este centro cuenten con un ambiente adecuado para su desarrollo; en la actualidad hay recursos y se destinarán alrededor de 900 mil pesos para el mobiliario y algunas adaptaciones.
Se desconoce la fecha en que pudiera estar funcionando este Cendi, debido a que se tendrá que llevar a cabo el proceso de licitación para la compra de los insumos, subrayó el Secretario de Educación del Estado de Durango.
Cambio de operación
Como se recordará, el Internado Juana Villalobos dejó de prestar servicio desde el inicio del ciclo escolar 2005-2006 con este esquema, debido a que según información de la Secretaría de Educación del Estado de Durango (SEED) se había perdido la esencia del servicio que era dar atención a niños de escasos recursos económicos que tuvieran su residencia en el medio rural de la entidad.
Esta situación causó inconformidad por parte de madres de familia de los alumnos, debido a que no tenían dónde dejar a sus hijos para ir a trabajar, por lo que realizaron algunas movilizaciones hasta que finalmente la SEED les dio facilidades para que pudieran inscribir a sus niños en otras instituciones educativas.
Finalmente, la dependencia decidió abrir un Cendi en el ex internado para dar atención a los hijos de trabajadores de la propia dependencia.