Madrid, (EFE).- El mal uso de los aires acondicionados pueden causar catarros, faringitis, e incluso neumonías, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, quien recomienda que no se debe forzar a la baja la temperatura del organismo, porque los cambios bruscos debilitan su respuesta defensiva.
"Cualquier sistema de aire acondicionado de calidad que se halle bien instalado y en buenas condiciones de mantenimiento, está actualmente lo suficientemente perfeccionado para no causar ningún tipo de enfermedad", afirmó la doctora Ana de Ramón y Casado, especialista en enfermedades respiratorias y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
Según la especialista, los problemas aparecen cuando se fuerza al cuerpo a cambios bruscos de temperatura y cuando "no se respetan las instrucciones de mantenimiento y limpieza que indica el fabricante. Entonces los aparatos se ensucian y actúan a modo de un ventilador que esparce por todo el ambiente bacterias y hongos responsables de infecciones y otros procesos respiratorios".
Este advertencia, precisa la nota, es válido para los comercios, bares, restaurantes, cines y la cada vez más en los numerosos hogares que disponen de tales aparatos, aunque cobra especial vigencia y sentido en el caso de los sistemas de acondicionamiento centralizados y para uso común que son característicos de los modernos edificios de oficina.
Los más peligrosos contaminantes del aire por sistema de climatización son la bacteria "legionella phneumophila", responsable de una neumonía que puede causar la muerte, y los hongos "aspergillus niger" y "aspergillus fumigatus", que provocan enfermedades respiratorias, como rinitis, asma y neumonía.
También existe la llamada fiebre de los acondicionadores, que se manifiesta con fiebre, tiritona, malestar general y dolor de cabeza.
Aunque las afecciones más comunes, a juicio de la doctora de Ramón, son los resfriados nasales, los catarros, y las faringitis, debidas sobre todo a las bajas temperaturas del aire acondicionado.
Para prevenir estos y otros efectos, dicha asociación aconseja mantener en los recintos climatizados una temperatura estable que oscile entre los 20 y los 23 grados centígrados, así como limpiar al menos una vez al año los filtros y depósitos de agua, pues al cabo de ese tiempo suelen estar contaminados.
Otra de las recomendaciones es situar las salidas de aire de una forma correcta dentro de la estancia, de modo que el chorro de aire nunca llegue directamente a la persona. Se aconseja también humidificar el ambiente de la casa.