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PARÍS, FRANCIA.- El príncipe Alberto II asumió ayer la jefatura del pequeño Estado de Mónaco en solemne ceremonia celebrada en el Palacio monegasco, en el que un centenar de altos funcionarios del Estado le rindieron homenaje.
La entronización del soberano, de 47 años, tuvo dos momentos distintos, ya que en julio pasado, tres meses después de la muerte de su padre, Rainiero III, el principado organizó una serie de actividades para favorecer el encuentro de la dinastía con el pueblo.
?Aunque Alberto II es príncipe desde el primer segundo que siguió a la muerte de su padre, Rainiero III, en abril de 2005, esta ceremonia marcará simbólica y oficialmente su acceso al poder?, precisaron a diversos medios fuentes cercanas al principado.
El soberano, vestido con un sobrio saco gris, y camisa y guantes blancos, recibió en el Salón del Trono del palacio monegasco a un centenar de altos funcionarios que le rindieron homenaje y le mostraron su fidelidad.
La tradición de la familia Grimaldi no contempla la coronación de los príncipes cuando se les cede el trono. Ésta es sustituida por el homenaje que le ofrecen los funcionarios del Estado y que simboliza una versión moderna del juramento de fidelidad a la corona.
Posteriormente, le impusieron al príncipe el Collar de Saint-Charles y el de la Orden de los Grimaldi, de las más antiguas de Europa, con más de 700 años.
En el trono donde el soberano accedió al poder, de estilo ?imperio? en madera lacada de oro, se sucedieron las diferentes generaciones de Grimaldi.
El príncipe Alberto II pretende modernizar la dinastía Grimaldi, convirtiendo a Mónaco en una referencia mundial de humanitarismo y ecología.
Desde ese trono, el príncipe escuchó sucesivamente el ?homenaje? de los tres altos representantes de palacio, justicia y Gobierno, a los que respondió con un breve ?gracias? tras el final de cada intervención.
En su discurso, el soberano aseveró que Mónaco, con un territorio de tan sólo 200 hectáreas, ?tiene la suerte de ser un país pequeño, de dimensión humana? basado en ?los contactos personalizados entre los monegascos y los residentes?.
El 18 de abril de 1956, en ese mismo decorado solemne, los padres de Alberto II, Rainiero III y Grace Kelly, se casaban con una ceremonia civil.
Entre la presente jornada y la del viernes, se darán cita en Mónaco unas 16 delegaciones extranjeras, la mitad aproximadamente de las que asistieron al funeral de Rainiero.
El momento culminante de la entronización será mañana sábado, día de fiesta nacional en el principado, que se abrirá con una misa en la Catedral de Mónaco.
El sábado también recibirá el soberano el estandarte que le acredita como jefe de Estado. El público podrá asistir a las celebraciones a través de una pantalla gigante instalada en la plaza del palacio.