FranKfurt, Alemania.- Alemania tuvo que darlo todo para derrotar a Australia por cuatro goles a tres en un partido de alto desgaste físico por parte de ambos equipos. Alemania mostró desde el comienzo las virtudes y los defectos por los que se ha caracterizado últimamente y exhibió el contraste entre un trabajo ofensivo digno de elogio a una inestabilidad en la parte posterior que amenaza frecuentemente con quitarle de la mano los resultados.
La voluntad de ataque alemana se mostró desde el primer minuto cuando ya produjo la primera ocasión clara con una llegada de Thomas Hitzlperger por la banda derecha.
Australia también mostraba cierta agresividad cuando lograba la posesión de la pelota, pero Alemania era más constante y más contundente a la hora de atacar utilizando, a partir de la línea central, prácticamente todo el terreno abriendo con frecuencia el juego hacia las dos bandas y recurriendo repetidamente a los cambios de frente.
Cuando los jugadores australianos conseguían la posesión de la pelota, los alemanes trabajaban con frecuencia por recuperarla generando constantes situaciones interesantes.
El gol alemán llegó pronto, en un jugada típica de lo que había sido el partido cuando el balón recorrió el terreno de juego a todo lo ancho antes de que el centro de Arne Friedrich fuese capitalizado con un oportuno remate de Kevin Kuranyi en el ?17.
Con ese gol y la forma como se había desarrollado el partido hubiera podido pensarse que el resto iba a ser cuestión de trama.
Fue entonces cuando por primera vez la inestabilidad defensiva alemana fue castigada. A una falta innecesaria de Robert Huth siguió un lanzamiento libre que, ejecutado por Josip Skoko, pasó por debajo de la barrera humana en el minuto 21.
Alemania reaccionó bien a ese primer golpe y apenas un minuto después llegó el segundo gol, marcado por el defensa Per Mertesacker tras un robo de balón de Bernd Schneider.
Eso, sin embargo, tampoco bastó para que los alemanes tuvieran algo de tranquilidad.
En el minuto 31 Tim Cahill tuvo buen ojo para ver cómo John Aloisi estaba en el área alemana sin ser objeto de una marca lo suficientemente severa y le sirvió el balón para que el delantero del Osasuna español batiera a Oliver Kahn.
Alemania siguió atacando y al comienzo del segundo tiempo el meta australiano Mark Schwarzer hizo dos grandes paradas: una ante un remate desde lejos de Bastian Schweinsteiger que mandó a saque de esquina y otra, casi inmediatamente después, ante un disparo a ras de suelo de Michael Ballack.
La insistencia alemana dio otra vez sus frutos cuando Arne Friedrich se coló en el área australiana siendo derribado por su marcador, lo que dio el paso al correspondiente penalty anotado por Ballack.
El resultado dejaba cierta inquietud en el ambiente, sólo un cuarto gol podía darle tranquilidad definitiva a Alemania y al final así ocurrió en el minuto 88 por intermedio de Podolski.
En el ?90 Australia se aprovechó de un despiste defensivo alemán para llevar de nuevo la zozobra a las filas germanas.
Reconocen nerviosismo
El mediocampista alemán Michael Ballack aceptó que su equipo estuvo nervioso en el duelo frente a Australia, debido a que en esta ocasión estaban obligados a conseguir la victoria.
?Nos tomamos el partido en serio. Había tensión en el equipo y, por primera vez en mucho tiempo, teníamos que conseguir los tres puntos y evitar errores. Fue muy diferente a un amistoso?, señaló Ballack, tras el triunfo teutón sobre los australianos en su debut en el torneo.
Calificó como magnífico el apoyo del público, ?había un gran ambiente. Vamos a aprovechar el impulso tomado para mejorar y llegar lejos?.
Respecto al reconocimiento que recibió como el Jugador del Partido, Ballack señaló que ?los que me dieron este premio son gente honrada y lógicamente, saben algo sobre futbol?.