Por cada 100 gramos de aumento de peso durante los primeros años de vida, el riesgo de que el bebé se convierta en una persona obesa aumenta en un 10 por ciento.
Washington, (EFE).- El alimento que se da a un bebé en su primera semana de vida es crucial en que termine o no siendo una persona obesa, reveló un estudio publicado en la revista "Circulation".
Un grupo de investigadores del Hospital Pediátrico de Filadelfia indicó en el informe sobre su estudio que básicamente los bebés que subieron rápidamente de peso en esa semana terminaron siendo personas con sobrepeso décadas después.
Según el doctor Nicolas Stettler, especialista en nutrición pediátrica del hospital, "esto sugiere que hay un período crucial en esa primera semana, en la que la fisiología del cuerpo puede programarse para desarrollar una enfermedad crónica".
Sin embargo, el experto agregó que esa misma conclusión apunta hacia un camino para encontrar medios de prevenir la obesidad.
"Si se confirman con otros estudios, estos resultados podrían conducir a intervenciones en los recién nacidos que ayudarían a prevenir la obesidad", señaló.
El estudio realizado en 653 adultos de entre 20 y 32 años de edad es especialmente importante en Estados Unidos, un país que, con más del 60 por ciento de la población excedida de peso, sufre desde hace años la epidemia de la obesidad.
También se calcula que el 16 por ciento de los niños estadounidenses sufre de sobrepeso y enfrenta mayores riesgos de padecer diabetes y otras enfermedades cardiocirculatorias.
Los investigadores indicaron que, por cada 100 gramos de aumento de peso durante los primeros años de vida, el riesgo de que el bebé se convierta en una persona obesa aumenta en un 10 por ciento.
Los científicos indicaron que el principal consejo para eludir el peligro de la obesidad es amamantar a los bebés.
