La controversia en torno a las denominadas píldoras de emergencia se ha mantenido intensa. Argumentos muy sólidos que se han expresado dentro de esta polémica para desenmascarar sus efectos abortivos fueron pronunciados por el ex secretario de Salud el Dr. Jesús Kumate y por el Dr. Rodrigo Guerra, director del Grupo Interdisciplinario de Bioética de la Universidad Panamericana.
Por su interés me animo a transcribir palabras expresadas en entrevista periodística por este último: “La píldora que ha generado una amplia discusión últimamente es la que posee como ingrediente principal el Levonorgestrel, es decir, un progestágeno sintético que realiza una triple acción: la primera es la inhibición de la ovulación si ésta no se ha dado en la mujer; la segunda es su trabajo como anticonceptivo si se ingiere luego de la ovulación haciendo que el viaje de los espermatozoides hacia el óvulo no sea exitoso gracias al espesamiento del moco cervical. La tercera acción es la que resulta más problemática: existe evidencia empírica indirecta de que esta sustancia inhibe la implantación del óvulo cuando éste ya ha sido fecundado, es decir, existe evidencia empírica indirecta de que es abortiva.
Los artículos científicos que defienden la inexistencia del efecto abortivo de la píldora ¿qué argumentos ofrecen? En Chile y en México quienes apoyan el uso de la píldora sobre todo han argumentado que los estudios realizados en monas Cebus apella y en ratas prueban que el Levonorgestrel no inhibe la implantación. Esto es correcto.
Los estudios de Muller y Croxatto son concluyentes en opinión de los expertos. Sin embargo, lo que no es científico es extrapolar estos estudios pacíficamente al caso humano. El apareamiento en este tipo de monas es muy cercano a la ovulación, por lo que el fármaco no actúa como abortivo sino como mero anticonceptivo.
En el caso humano las relaciones sexuales pueden realizarse antes, en y después de la ovulación haciendo que el efecto de la sustancia pueda ser realmente abortivo tal y como indica la evidencia indirecta. ¿Por qué usa la expresión “evidencia indirecta”? No es posible actualmente tener evidencia directa sobre la acción de este fármaco en la implantación en el caso humano.
Lo que se ha estudiado son los efectos en el endometrio de mujeres a los que se les ha administrado en diversas etapas de su ciclo menstrual. Algunos estudios apuntan a que impide la implantación y otros no. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado un estudio publicado hace tres años en la revista Lancet que muestra que el Levonorgestrel tiene un 60 por ciento de efectividad en disminuir los embarazos esperados cuando es administrado entre el cuarto y quinto día posterior a la relación sexual.
Esto brinda un dato empírico que nos habla de una altísima probabilidad del efecto abortivo de esta sustancia. Ante esta situación de altísima probabilidad es necesario que quienes estamos comprometidos con la defensa de los derechos humanos trabajemos por evitar que sustancias de este tipo sean distribuidas abiertamente ya que existe la posibilidad real de matar a un ser humano indefenso al momento de consumirlas.