Los activistas y grupos humanitarios alaban a Brasil por dar el primer paso del mundo para hacer caso omiso de las patentes de medicamentos usados en el tratamiento del Sida y producir copias, una decisión que esperan lleve a exportaciones masivas a otros países.
Pero los defensores de los derechos de propiedad intelectual y de la industria farmacéutica consideran la medida un acto de piratería.
A lo largo de los últimos años, Brasil ha amenazado con violar las patentes, logrando con ello que los productores de drogas para el Sida reduzcan sus precios, pero la semana pasada este país tomó una decisión legal sin precedentes al no conseguir el descuento que quería del laboratorio Abbott para la pastilla Kaletra.
El país más grande de América latina consideró el paso una medida para salvaguardar su programa de tratamiento del Sida y usará un proceso de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para violar la patente y copiar la Kaletra, a menos que Abbott le otorgue un jugoso descuento de precio hasta el seis de julio.
“El impacto de violar la patente será enorme”, dijo Michael Bailey, asesor de Oxfam International. “Si un país grande como Brasil va por ese camino, no sólo ayudará a asegurar la sustentabilidad de su excelente programa de tratamiento, sino también establecerá un precedente de enorme importancia para otros países”.