Agencias
MÉXICO, DF.- Octubre de 2007 está cada vez más cerca. Es la fecha en que se terminará el sistema de cuotas compensatorias para la importación de prendas de vestir de origen chino y hasta ahora las industrias textil y del vestido mexicanas no alcanzan el acuerdo que las mantengan competitivas dentro y fuera del país.
A esto se suman el contrabando sin control que ha arrebatado a los productores mexicanos más de 60 por ciento del mercado local y los elevados costos de producción, en particular la energía eléctrica, que en cuatro años aumentó su precio en 80 por ciento .
"Los ‘focos rojos’ se encendieron y luego de cuatro años de pláticas no hemos hecho nada", lamenta Alfonso Agnesi, presidente de la Cámara de la Industria del Vestido de Jalisco, quien hace un llamado a toda la cadena textil y a las autoridades a reunirse en los próximos días con el compromiso de no levantarse de la mesa sin haber alcanzando soluciones concretas.
"Cuando China entre libre de cuotas a México con sus productos terminados, los 554 mil empleos de la industria del vestido todos estarán en riesgo de desaparecer, incluso toda la cadena fibras-textil-vestido", alerta.
De hecho, la cadena en México ha perdido cerca de 185 mil empleos en los últimos tres años, mientras que la misma cadena en China creció en 80 por ciento , ocupando entre 15 millones y 18 millones de personas en el sector.
La industria manufacturera china emplea a cerca de 150 millones de personas, mientras que en México a sólo tres millones. En particular la manufactura textil domina 40 por ciento del mercado mundial, amén de que planea duplicar el valor agregado de su industria en los siguientes tres años.
Además, China es el segundo socio comercial de Estados Unidos y el primero de la Unión Europea; está invirtiendo fuerte en América Latina y aun así México no está aprovechando su potencial para impulsar al sector.
En este escenario, los industriales del vestido piden "cambio de modelo", pues el actual "nos está restando competitividad y generando desempleo". Ese cambio es fundamental porque la "protección" a la producción mexicana se termina en octubre de 2007, y tres años pasan pronto.
Agnesi enumera las necesidades: se requiere financiamiento, apoyo de las autoridades (menores costos de electricidad) y materia prima necesaria, incluso de origen chino.
Propone que se revise fracción por fracción (productos) y aquella que no se fabrique en el país, pues se le permite la entrada sin aranceles, porque la industria del vestido está muy "castigada" ya que tiene que pagar cuotas compensatorias de entre 335 por ciento y 553 por ciento para productos como poliéster con terminados especiales, viscosas, nylon y poliéster rayón.
Además, permitir la entrada a productos como acabados de calidad que no se encuentran en México.
A cambio, ofreció, se fortalecerá la producción de mezclillas, gabardinas, lana para trajes, lana poliéster y otras partes menos especializadas en donde México sí es fuerte.
José Vallés Costas, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil, sostiene que por un lado China nos golpea con toda su fuerza en los mercados internacionales por su capacidad ilimitada en mano de obra y productos, y por otro en el mercado interno el contrabando se desboca desde mediados de los 90 y no se ha podido frenar.