EL PAÍS
CISJORDANIA.- Tras la ?difícil y tensa? reunión del martes entre el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente palestino, Mahmoud Abbas, ayer surgió una amenaza militar. Eival Guiladi, un alto cargo castrense que depende directamente de la Presidencia de Gobierno israelí, advirtió que si la Autoridad Nacional Palestina (ANP), fracasa en evitar los ataques de los grupos armados durante la retirada de la Franja de Gaza, prevista a mediados de agosto, Israel responderá ?de forma selectiva y puntual pero si no es suficiente, se podrían usar armas más poderosas, que causen mayor daño colateral?.
Guiladi se refirió también a la posibilidad del uso de ?helicópteros y aviones, con riesgo considerable para la población civil?. El Partido Laborista, socio de Sharon en el Gobierno, se apresuró a criticar estas palabras, oponiéndose a bombardeos aéreos en territorios palestinos.
Guiladi, el jefe de Coordinación y Estrategia del primer ministro en los temas relacionados con el ?Plan de Desconexión? de Gaza, añadió: ?no permitiremos que los terroristas ataquen a civiles israelíes sabiendo ellos que nosotros no queremos dañar a sus civiles. Pero ellos deben saber ahora que la vida de su población civil está en sus manos?.
Esta amenaza no es nueva para Abbas, que escuchó de boca del propio Sharon cuál era la disposición del Tsáhal (Ejército israelí) en caso de una retirada israelí salpicada por ataques. El ministro de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, en un mensaje destinado, por un lado a advertir a los palestinos y, por otro, tranquilizar a los colonos, aseguró que ?si tras la retirada, el terror continúa, no dudaremos ni un segundo en volver a entrar y permanecer en la Franja de Gaza el tiempo que sea necesario?.
Fuentes de los servicios de seguridad israelíes confirmaron ayer la posibilidad de reanudar los llamados asesinatos selectivos contra activistas y dirigentes del grupo integrista palestino Yihad Islámica, responsable de los últimos atentados contra Israel. Unas operaciones interrumpidas desde la cumbre de Sharm el Sheij del pasado ocho de febrero.
La ?rebelión de los muertos?
Los colonos de los asentamientos de Gush Katif se niegan a evacuar el cementerio donde reposan sus familiares. Es la rebelión de los muertos, un episodio más de la lucha dolorosa y tenaz que estos días protagonizan los ocho mil colonos de la Franja de Gaza contra Ariel Sharon, en un intento de hacer descarrilar el proceso de retirada que el Gobierno israelí quiere poner en marcha el próximo 15 de agosto. La orden de desalojo afecta a 48 tumbas.
?¿Si no quiero salir de mi casa, por qué tenemos que sacar a nuestros muertos del cementerio??, se pregunta en voz alta Shlomo Yulis, de 66 años, colono del asentamiento de Neve Dekalim, en el bloque de Gush Katif, el núcleo central de los 21 enclaves judíos, que el Gobierno israelí pretende desalojar en menos dos meses, dentro de un proceso conocido oficialmente con el nombre de Plan de Desconexión y que en realidad no es más que el principio de la descolonización de un territorio palestino que Israel conquistó y ocupó hace cerca de 40 años.
Hace poco menos de tres semanas la familia Yulis recibió por correo una circular firmada por el Gobierno en la que se le notificaba la decisión de la Administración de desalojar el pequeño cementerio de Gush Katif y trasladar todos los restos a un camposanto situado fuera de la Franja de Gaza, quizá Askelon, Ashdot o cualquier otro punto de Israel. La orden de desahucio afecta a 48 muertos, entre ellos cuatro soldados y seis colonos muertos en ataques palestinos.
