Asegura ilegal que sus agresores le confesaron haber realizado un asesinato.
El Siglo de Torreón
SALTILLO, Coah.- La joven guatemalteca Maritza Barrios, agredida físicamente por guardias de la empresa Transportación Ferroviaria Mexicana, fue amenazada por agentes del Instituto Nacional de Migración, quienes pretendieron obligarla a desistirse de la denuncia que presentó ante el Ministerio Público.
Tras advertir lo anterior, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, explicó que los representantes del INM aprovecharon un momento en que la centroamericana quedó sola en su cuarto del Hospital Universitario.
Entrevistada al respecto, la propia joven señaló que los agentes le advirtieron la necesidad de retractarse y le anticiparon que en México ninguna autoridad respaldará su queja por el simple hecho de ser guatemalteca.
“Me dijeron que por ser de otro país de todas formas lo que yo le diga al Ministerio no va a tener repercusiones ”, señaló.
Dijo que los representantes del INM le sugirieron que si se desistía de acusar a los guardias de la empresa Copssa, la cual ofrece servicios de seguridad a TFM, sería repatriada en avión.
“Me dijeron que de todas formas me iban a echar a mi país, pero que si cooperaba con ellos me iban a mandar en avión y si no, pos a ver cómo me regresaba”, recordó.
Al respecto, el obispo Vera no sólo reprobó los hechos, sino que acusó al Instituto Nacional de Migración de estarse convirtiendo en cómplice de quienes abusan de los migrantes.
“Esto es algo completamente irracional, porque nosotros les estamos pagando para que cumplan con su trabajo, no para que se conviertan en cómplices de los guardias que agredieron a esta jovencita”, señaló el líder religioso, quien ayer notificó del caso a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Mientras tanto, la joven guatemalteca explicó aspectos de la agresión de que fue víctima.
Relató que tras ser agredida a golpes por tres guardias de la empresa Copssa, uno de ellos intentó abusarla sexualmente. Al no acceder la siguió golpeando y luego la aventó hacia las vías.
“Me empujó hacia las ruedas del tren, en medio de dos vagones, pero no me dejó caer inmediatamente, me pisó el pie izquierdo dejándome colgada… los guardias se burlaban de mí y me preguntaban si me quería morir”, recordó.
Dijo que uno de los agentes privados le llegó a confesar la agresión física y el asesinato de otra mujer indocumentada, de quien no se tiene registro.
“Me decía: deja que te haga lo que yo quiero hacerte y no te vas a morir, de todos modos no eres la primera, ya tenemos experiencia, a otra como tú, que se llamaba Gladiys, le pasó lo mismo que a ti, pero no sintió nada porque después la matamos”, mencionó.
Dijo que mientras ella les rogaba que no la dejaran caer, uno de ellos le gritó que se despidiera del mundo, antes de lanzarla sobre las vías.
Maritza Barrios, de 20 años de edad, sufrió lesiones que le costaron la amputación de su pierna derecha.