Arribar a una de las metas que en nuestro camino nos hemos trazado es signo de éxito, y más aún, cuando se aplica capacidad profesional y empresarial; esfuerzo y dedicación, apoyados por una fe inquebrantable en Dios.
En un mundo en que impera el materialismo, es gratificante saber que hay personas como el Ing. Santiago Vera Olvera, que no sitúan su éxito únicamente en haber adquirido bienes materiales, sino que a su paso van dejando huella profunda por sus dotes morales y espirituales. Por su servicio a la persona y por ende a la comunidad en que se vive.
Cuando conocí a Chago Vera, allá por los años setentas, él ya era socio del Club Sembradores de Amistad de Torreón, circunstancia que propició naciera una amistad que el tiempo ha acrecentado, considerando un privilegio ser su amigo, de ahí que ahora nos congratulemos porque en el mes de febrero pasado, la empresa que él fundó haya celebrado su XXV aniversario, cima a la que llegó secundado con brillantez por sus hijos Santiago y Fernando. Versa es una empresa exitosa fuente de sustento de más de cien familias laguneras.
Y de aniversario estamos. Hace dos días se cumplieron cuarenta y nueve años de la fundación del Club Sembradores de Amistad de Torreón, A.C., es decir, estamos en el umbral de su quincuagésimo aniversario y por ello vale recordar ahora a sus fundadores: Pepe Amarante, amigo inolvidable de eterna y llorada ausencia y los todavía socios activos, Pepe Abdo, Cosme González y Zeferino Lugo.
Ese día, el ocho de marzo de 1956, en el señorial Casino Laguna, además de las cuatro personas ya mencionadas, firmaron también el Acta Constitutiva: don Antonio Morales, don Carlos Everest ?ellos fueron los dos primeros presidentes del Consejo Directivo del Club-, C.P. Gabriel Ceniceros, don José Antonio Vera, Dr. Ricardo Hernández Chávez, Lic. Felipe Sánchez de la Fuente, C.P. Alejandro Bassol, Dr. Jorge Mihaloglou, don Modesto Garza, don Ignacio Ramírez, don Guillermo E. Cantú, Dr. Manuel Mora, Dr. Adolfo Falcón, Lic. Ernesto Cabello, don José G. Morales, Lic. José Bañuelos, Lic. Reynaldo Ricalde y don Tomás Villarreal. Todos ellos prominentes profesionistas y hombres de empresa de gran representatividad en el mundo social torreonense.
Desde un principio nuestras fiestas de Navidad fueron muy lucidas, en ellas intervenía la membresía total, dividida en cuatro grupos. Cada uno ponía en juego el ingenio y habilidad artística de sus integrantes, para escenificar pastorelas, sainetes y revistas musicales, que eran todo un espectáculo. Mas aún, los dos meses de ensayo propiciaban convivencias que dejaron recuerdos inolvidables.
Ése fue el nacimiento del sembradorismo en la Comarca Lagunera. Algunos años después, nuestro club apadrinó al Club Sembradores de Amistad de La Laguna, A.C. que está por cumplir los primeros veinticinco años de su fundación y, a su vez, este club propició el nacimiento del Club Sembradores de Amistad Nazas. Por cierto, en la comida pasada, los tres clubes tuvimos grato convivio en el Campestre La Rosita, su mando la asistencia más de ochenta comensales.
Pero así como compartimos la alegría, también somos solidarios en la pena, como ahora en que el deceso de Nelda Irma Hernández de González, ha traído luto a los corazones de nuestros queridos amigos Jorge Hernández Salcido y su esposa Lucila, a quienes enviamos afectuoso abrazo.
