Cuando en la pasada sesión comida, después de varios meses de ausencia a nuestros convivios, hizo su aparición Manuel González García, los cuarenta y dos socios del Club Sembradores de Torreón ahí presentes, nos pusimos de pie otorgándole estruendoso y prolongado aplauso, que debe haberse oído en todo el contorno lagunero y es que a Meme se le quiere de verdad, cariño que no es gratuito pues él con su forma de ser lo ha conquistado.
Los anfitriones Salomón Juan Marcos, Alejandro Gidi, Jesús Campos y Rogelio Ramos, con muy buen tino seleccionaron para esta ocasión el feudo de Miguel Ramos Galiano, estimado consocio nuestro, que nos atendió de maravilla y no se diga de las finezas que los organizadores tuvieron con nosotros.
Tal y como en mi anterior columna anticipé, los viajeros que a Parras de la Fuente fueron, platican y no acaban de ponderar lo bien que la pasaron en el vergel parrense, cumpliendo con sus objetivos de convivencia, de exponer en amenas discusiones todo aquello que de interés tiene para la vida activa de nuestro club, con lo que se ganaron un diez de calificación los organizadores, Pipe Rodríguez, Hugo García y Nacho Pámanes.
Por mi parte tuve la honrosa encomienda de la directiva del club, de representarla en la ceremonia de entrega de sus títulos profesionales a los muchachos que terminaron su carrera en la Escuela de Bachillerato Técnico Industrial de La Laguna, acto que tuvo efecto el día dos del presente en las instalaciones de la propia escuela.
Fue un motivo de verdadera satisfacción para este escribidor, porque como invitados de honor se había señalado al Lic. Guillermo Anaya Llamas, Presidente Municipal de Torreón, al C.P. Edelmiro F. Morales Leal y al Club Sembradores de Torreón, al cual representé entregando los títulos y menciones honoríficas, al lado de tres distinguidas personalidades en la comunidad que fungieron como padrinos de generación, Lic. Javier Amarante Zertuche, Ing. Rafael Villegas Vizcaíno e Ing. Jorge de la Rosa Montellano.
Fueron momentos muy emotivos para todos al comprobar de vista propia, la significación que para estos jóvenes tiene recibir su título profesional y el orgullo y satisfacción de sus padres. Habías de haber visto los rostros iluminados de ellos, en forma notoria la de un joven que, llevando a su padre en silla de ruedas, pasó a recibir no sólo su título, sino además un trofeo por ser el alumno más aventajado de su generación.
Hace dos años, en una sesión comida reglamentaria, Aris Papadópulos Villalobos nos anunció que, siguiendo el ritmo de crecimiento que nuestra ciudad ha tenido, el Consejo de Administración ?que él preside- del hotel propiedad de la familia, se había determinado unirse a una empresa líder mundial en hotelería, hecho que exigía un proyecto magno y en esos pasos andaban ya. Hoy se está haciendo realidad.
El párrafo anterior que aparentemente no tiene relación con los sembradores, es tinte de orgullo para nosotros ya que Aris y Nicolás, así como su señora madre María Luisa Villalobos de Papadópulos, son estimados consocios y amigos nuestros y Miguel es socio del Club Laguna. Enhorabuena, no sólo por ellos, sino más aún, por lo que para Torreón representa.