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AMLO y petróleo/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“La voluntad política no se impone

a la naturaleza”.

Adrián Lajous

Andrés Manuel López Obrador ha sido el aspirante la Presidencia de la República que mayor esfuerzo ha hecho para presentar propuestas concretas. Ahí están sus 50 compromisos de Gobierno. Hasta el momento ningún otro candidato ha ofrecido algo similar.

Pero esa misma concreción permite también hacer críticas puntuales. Una de ellas es la que Adrián Lajous Vargas, ex director general de Pemex, ofrece en su artículo “López Obrador y el petróleo” que se publica en Nexos este mes de noviembre. Es un texto indispensable.

Lajous señala que López Obrador “se propone fincar las bases del desarrollo nacional en el aprovechamiento y la modernización del sector energético”. Sin embargo, las propuestas y cifras del candidato del PRD simplemente no cuadran.

Al ritmo de producción actual, apunta el ex director de Pemex, México cuenta con reservas probadas de hidrocarburos para apenas 11 años. Aun si se agregan las reformas probables, el plazo se elevaría a sólo 21 años. Establecer sobre este cimiento el futuro del desarrollo nacional es darle un panorama muy corto. Las reservas, apunta Lajous, no pueden aumentarse por simple voluntad de un presidente; en los compromisos de López Obrador “prevalece un optimismo poco informado que se niega a aceptar que en estos asuntos la geología manda.”

En sus 50 compromisos, López Obrador propone mantener constante la producción de crudo a 3.4 millones de barriles diarios, incrementar la producción de gas natural, reponer el 100 por ciento de las reservas extraídas cada año y aumentar las reservas probadas. Para lograr lo anterior, sin embargo, se requiere elevar una tasa de restitución de reservas de crudo que fue de tres por ciento en 2003 y de 18 por ciento en 2004, al 100 por ciento será en 2007 y sostener ese nivel durante el próximo periodo presidencial. “AMLO y su equipo esperan probar un total de siete mil 427 millones de barriles de petróleo en ese lapso”. Esto es más que la reserva probada original de la Región Marina Suroeste de la Sonda de Campeche y el litoral de Tabasco; es mayor a las reservas probadas que aún le quedan a Cantarell.

La meta para el gas es todavía más ambiciosa. “Incluso con un modesto crecimiento de la producción de 2.5 por ciento al año, el volumen de reservas que tendría que ser probado es de 12.3 millones de millones (billones) de pies cúbicos, cifra superior a las reservas probadas originales de las cuencas de Burgos y Veracruz o de los yacimientos agrupados en torno al campo de Muspac que ha sido el activo gasífero más prolífico de la historia”.

La estrategia de refinación de López Obrador, continúa Lajous, “revela un desconocimiento total de los principios elementales del cálculo económico y de las condiciones económicas de esta actividad industrial. Su adopción acarrearía una destrucción considerable de valor económico”.

El candidato perredista propone utilizar el 100 por ciento de la capacidad del sistema nacional de refinación, pero esto, señala Lajous, simplemente no es posible. Plantea además que se suspenda la exportación del crudo ligero Olmeca para usarlo internamente para refinar productos ligeros, pero esto implicaría que Pemex pagaría un sobreprecio para la fabricación de estos combustibles.

La meta de alcanzar la autosuficiencia en gasolina en 2009, como lo propone Andrés Manuel, no es alcanzable. Los montos de inversión que se requieren para ello son muy superiores a los que prevé el tabasqueño. Los tiempos de instalación de nuevos trenes de refinación, por otra parte, no son realistas. Pemex ni siquiera cuenta con la capacidad de gestión necesaria para la realización simultánea de todos los proyectos que se requerirían para cumplir con esta meta.

En contra de la tendencia internacional, López Obrador propone que el combustóleo reemplace al gas en la generación de electricidad y en la industria. No considera, sin embargo, que esta medida generaría un mayor deterioro ambiental. Tampoco toma en cuenta que la producción de combustóleo implica un mayor gasto de combustible que hace el proceso poco rentable. Reconvertir las plantas de electricidad de gas a combustóleo, por otra parte, sería difícil y costoso.

El artículo de Lajous toca muchos otros temas en detalle. Vale la pena leerlo completo, pero la conclusión es inevitable: López Obrador “ofrece soluciones rápidas y fáciles sin costo alguno” que no son aplicables en la realidad. “La industria petrolera exige y merece un proyecto alternativo más imaginativo y responsable”.

BURGOA

Siempre fue tajante y controvertido y muchas veces hiriente en sus opiniones. Pocas veces admitía otros puntos de vista. Sin embargo, Ignacio Burgoa Orihuela nos obligó a todos a pensar. Por eso lo echaremos de menos.

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