WASHINGTON, (Reuters) - Los fármacos nuevos contra la artritis, conocidos como inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2), aumentan la presión sanguínea más que sus antecesores y esto puede explicar por qué han sido vinculados a ataques cardíacos, dijeron el lunes investigadores.
Pero diferentes inhibidores de la COX-2 causan aumentos distintos de la tensión sanguínea. El riesgo mayor parece radicar en el Vioxx, de la empresa Merck & Co
Merck retiró en septiembre dicho fármaco del mercado.
El estudio se publicó en la edición cibernética de la revista Archives of Internal Medicine.
Reguladores estadounidenses están examinando la inocuidad de los analgésicos. Se espera que una comisión de asesoría revise los datos sobre los medicamentos durante una reunión de tres días que comenzará el miércoles.
La revista informó que había dado a conocer los resultados del estudio con anterioridad porque son relevantes para la reunión del miércoles.
Uno de los autores del estudio, Henry Krum, dijo que el aumento de la tensión sanguínea ocasionado por los inhibidores de la COX-2 había sido pequeño, pero suficiente para provocar un ataque cardíaco.
"Uno puede llegar a la conclusión de que la elevación de la presión sanguínea contribuye al aumento del riesgo cardiovascular", dijo Krum, director del Centro de Excelencia Investigativa Clínica en Terapéutica del Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud, en Australia.
Algunos inhibidores de la COX-2, así como otros analgésicos llamados fármacos antiinflamatorios no esteroideos (FANE), ya han sido vinculados al incremento de la tensión sanguínea.
El nuevo estudio se diseñó para averiguar si los muy usados inhibidores de la COX-2 aumentaban la presión sanguínea más que los FANE, como el ibuprofeno y el naproxeno. Los inhibidores de la COX-2 estudiados fueron el Vioxx y el Arcoxia de Merck y el Celebrex de Pfizer Inc
Como promedio, la presión sanguínea sistólica -la cifra superior en una determinación de tensión- fue 2,83 milímetros de mercurio más alta cuando se tomaron inhibidores de la COX-2 que con los FANE.
La presión diastólica -la cifra menor en una determinación de tensión sanguínea- fue 1,34 milímetros de mercurio más elevada con los inhibidores de la COX-2.
Vioxx "fue el fármaco que claramente elevó más la presión sanguínea", mientras que el Celebrex, "parece bastante bueno", dijo Krum.
Los datos sobre el Arcoxia, que ha sido aprobado en algunos países pero no en Estados Unidos, son muy limitados como para llegar a conclusiones sobre su efecto sobre la presión sanguínea, dijo Krum.
Merck no devolvió de inmediato la llamada que se le hizo para que emitiera comentarios al respecto.
Los inhibidores de la COX-2 se desarrollaron con la esperanza de que redujeran el dolor sin dañar el estómago. Los FANE, en cambio, pueden causar hemorragias intestinales y estomacales.
