EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Análisis de medio término/No hagas cosas buenas...

Enrique Irazoqui

Ha pasado cerca de la mitad del tiempo legal que deben durar las campañas electorales para las presidencias municipales de Coahuila y en el ambiente de Torreón empiezan a verse elementos con los que se puede comenzar a dibujar el resultado de la contienda democrática del próximo 25 de septiembre.

En el asunto de la competencia por la gubernatura, difícilmente Humberto Moreira podrá evitar ser superado en La Laguna por el ex alcalde y senador con licencia Jorge Zermeño Infante, aunque la goleada que Zermeño vaticina en Torreón no parece que se dará, es muy probable que si gana, sea por un margen respetable.

Sin embargo, la cuestión por la sucesión de Guillermo Anaya está por demás interesante, dado que entre Eduardo Olmos del Partido Revolucionario Institucional y José Ángel Pérez de Acción Nacional, la moneda está completamente en el aire.

La composición de los contendientes a los cinco distritos situados en Torreón para la integración del Congreso Local, también vale un comentario.

La aseveración de que quien resultara candidato del PAN a la Presidencia Municipal de Torreón, sería llevado de la mano de Zermeño a la silla principal del palacio de la avenida Matamoros, parece perder vuelo. La profunda escisión existente dentro del panismo a raíz de la victoria de Pérez sobre el candidato de Zermeño, Jesús de León Tello Rangel, ha propiciado que se dé un trabajo totalmente separado entre los equipos de campaña de los dos bandos panistas; los de Zermeño, -que pierde la postulación de De León por margen considerable y apenas rescata las candidaturas a diputados de Luis Gurza y José Máynez- y los que apoyó la familia García, cuyo santón es el ex subsecretario de Economía, Juan Antonio García Villa.

La total falta de coordinación entre los candidatos albiazules, hace que la campaña intensa y llena de recursos de Olmos, ocupe espacios que pocos en Acción Nacional previeron. Aun así, nadie puede asegurar ni remotamente que Olmos ya tiene la elección en la bolsa, pero tampoco nadie puede aseverar que Pérez ya ganó.

Los buenos deseos y las ganas genuinas de servicio que corren por las venas de Pérez, necesitan mucho más que eso para lograr la continuidad de los albiazules en el poder de La Perla de La Laguna.

En tanto el PRI, presentó a un candidato lleno de ganas y de dinero dispuesto a luchar palmo a palmo por los votos de los torreonenses. La debilidad principal de Olmos es igual a la de todos los priistas: representan la situación que prevalece en las formas, costumbres y mañas del tricolor, aunando a sus compromisos torcidos con los dinosaurios e intereses de los vividores del poder, heredados de ese hedor del partido de Estado en años pasados.

La lucha por los distritos está un poco más clara: el PAN tiene seguros dos triunfos, disputará un tercero con el PRI el que a la vez obtendrá dos más.

En cuanto a la disputa por la sucesión de Enrique Martínez, en este momento la ventaja de Moreira parece persistir con fuerza, pero el optimismo de Zermeño y las zetas por doquier iluminan las esperazas de los zermeñistas.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 169124

elsiglo.mx