Señalan científicos que se podrán observar aspectos como el deshielo de los polos en la Tierra.
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BERLÍN, ALEMANIA.- La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) informó ayer que estudiará los factores del cambio climático en nuestro planeta, mediante cuatro satélites que enviará al espacio de forma sucesiva hasta 2007 y mantener a la Tierra bajo observación.
Dijo que el proyecto consiste en la puesta en órbita de cuatro satélites que observarán aspectos como el deshielo de los polos, la gravedad terrestre, el grado de humedad o las corrientes marinas y que aportarán conocimientos sobre el cambio climático.
Asesores y participantes del proyecto explicaron que con los satélites, la ESA supondrán una advertencia de las posibles catástrofes causadas por el cambio climático y se enfocará con más fuerza al estudio del planeta, tras el éxito de su misión Titán.
Los satélites europeos que se emplearán, con nombres como Cryosat, Goce o SMOS, son más pequeños que sus predecesores y su especialización está limitada a menos campos, por lo que sus posibilidades de investigación en determinadas materias son mayores.
Cryosat, uno de los satélites de la nueva misión y que se encargará de medir la altura del hielo en el Ártico con precisión, costó unos 168 millones de dólares y este año podría alcanzar una mejor relación calidad-precio que un cohete ruso en órbita.
El asesor del proyecto de observación de la Tierra de la ESA, Mark Drinkwater, dijo que ?una vez que los nuevos sensores de medición del hielo del satélite Cryosat se pongan en marcha, se desarrollaría una nueva generación para medir aspectos meteorológicos y climáticos?.
Consideró que a pesar de que se trata de un proyecto menos espectacular que otros de la Agencia Espacial Europea, su importancia radica en que ?aportará conocimientos que se pueden utilizar en la vida diaria?.
El satélite Cryosat observará durante tres años la intensidad del deshielo en los polos y a esta misión la seguirá el satélite Goce el próximo año, que investigará las irregularidades en el campo de gravedad de la Tierra. Se espera que estos datos contribuirán también a que los científicos conozcan mejor las corrientes marinas, como la del Golfo, que es decisiva en la definición del clima europeo.
Otro satélite que la ESA prevé poner en marcha es el SMOS, para medir aspectos como el grado de humedad del suelo y el contenido en sal del agua marina de todo el mundo, para mejor comprensión y previsión de las oscilaciones climáticas extremas. El cuarto satélite que participará en la misión será el de sistema de navegación Galileo, el mayor proyecto comercial de la Agencia Espacial Europea hasta el momento, cuyo costo se cifró en tres mil 600 millones de dólares.
Galileo podría contribuir a observar zonas heladas y de océanos, ya que una nueva tecnología hace posible que los expertos midan las señales de ese satélite de forma precisa y sigan así los valores de la altura del hielo y de movimientos ondulatorios marinos.
El aspecto económico es esencial en una institución como la ESA, que depende de los ajustados presupuestos a la investigación que aportan sus 15 países miembros (los estados de la Unión Europea antes de su última ampliación). Para ilustrar este ahorro, expertos de la ESA señalaron que el satélite de observación Envisat, que se puso en marcha en 2002 y que gira en estos momentos alrededor de nuestro planeta, costó dos mil millones de euros (unos dos mil 400 millones de dólares).