SUN-AEE
NUEVA YORK, EU.- A la espera de ser redescubierta por algún joven director fascinado con los sex symbols setenteros, la próxima aparición estelar de Farrah Fawcett será en el reality show Chasing Farrah.
Dicho programa se estrenó ayer en Estados Unidos para seguir sus pasos desde Los Ángeles a Miami, Nueva York o su Texas natal, los tratamientos de belleza y las batallas diarias de un icono de Hollywood que pierde la cartera o recuerda los episodios más oscuros en sus 58 años de vida.
El primer capítulo de los seis que emitirá la cadena TV Land promete "descubrir a la mujer que se esconde detrás de la estrella", aplaudida por sus fans a su llegada al US Open de tenis y aconsejada por su equipo para que busque un asistente.
"Si pierdo el temperamento porque las cámaras me están siguiendo constantemente, creo que está justificado", advierte la actriz, cuyas polémicas apariciones públicas se han aireado en los tabloides durante 30 años, como aquella famosa entrevista en el Show de David Letterman, en 1997, con una Fawcett tan ausente y extraña que la prensa comenzó a especular con su supuesta drogadicción. "Nunca me he drogado ni he fumado crack", asegura en el estreno de Chasing Farrah.
"Yo no he estado en ningún programa de rehabilitación", repite en casa de sus padres.
La rubia de Los Ángeles de Charlie atravesaba entonces por un mal momento. Tras su ruptura con el actor Ryan O’Neal (con quien vivió 17 años y tuvo un niño en 1985, a pesar de la oposición de Tatum O’Neal, hija de Ryan) fue acusada de robar ropa por valor de 72 mil dólares en casa de su ex novio, James Orr, que tiene prohibido cualquier contacto con Fawcett desde que la golpeó en 1998.
Por lo visto, la actriz se negó a pasar por el altar por segunda vez (la primera fue con Lee Majors en 1973) y su negativa enfureció al guionista y director hasta el punto de causarle serias heridas.
Con estos antecedentes, la trayectoria de este símbolo sexual que saltó a la fama en 1976 como una de las tres atléticas detectives a las órdenes de Charlie (rompiendo el contrato poco después, fue demandada y reemplazada por Cheryl Ladd) es una auténtica telenovela que continúa en televisión, discutiendo frente a los telespectadores su al parecer incombustible idilio con O’Neal.
Fawcett, que declinó un cameo en el remake cinematográfico de la serie por no conseguir su objetivo: ser la voz de Charlie, se une ahora al club de las viejas glorias recicladas en la pequeña pantalla.