EL PAÍS
ANDAHUAYLAS, PERÚ.- El presidente del Perú, Alejandro Toledo, aseguró ayer que su Gobierno aplicará mano dura contra Antauro Humala y sus seguidores, responsables del asalto a una dependencia policial en la sureña ciudad andina de Andahuaylas el sábado pasado.
Los rebeldes mantuvieron en cautiverio a 21 rehenes durante cuatro días y causaron la muerte de seis personas, entre ellas cuatro policías.
Toledo, en un mensaje a todo el país, acusó a los autodenominados etnocaceristas de formar un movimiento ?paramilitar, fascista, terrorista y de ideología fundamentalista?. Dijo, además, que ?dicho grupo está financiado por el narcotráfico y tiene en la mira destruir la democracia. Vamos tras los pasos de los que están libres?, garantizó.
Actualmente Humala se encuentra en Lima en un calabozo de la Dirección contra el Terrorismo, donde puede permanecer, según la Ley, hasta 15 días, mientras duren las investigaciones.
El insurgente y sus seguidores, de acuerdo a una primera calificación penal de los sucesos de Andahuaylas, serían procesados por terrorismo, homicidio, asociación ilícita y tenencia ilegal de armas. Delitos por los que, los inculpados, podrían recibir una condena de hasta 35 años de prisión.
El penalista Julio Rodríguez, sin embargo, considera que no se puede aplicar el delito de terrorismo sino el de sedición y rebelión, así como el de homicidio agravado por la muerte de los policías.
El Congreso acordó invitar al primer ministro y a los ministros de Defensa e Interior, para que Carlos Ferrero, general EP Roberto Chiabra y Javier Reátegui expliquen por qué las autoridades desecharon un informe de Inteligencia que hacía mención a una reunión política en Andahuaylas del movimiento de Humala a fines de diciembre. Asimismo, por qué es que no tomaron en cuenta los 188 reportes sobre las acciones de los etnocaceristas presentadas en su momento al ministro del Interior, Reátegui.
En todo caso, lo sucedido en Andahuaylas parece ser una muestra de lo que será 2005, año preelectoral en el país. Uno sumamente agitado política y socialmente.