Recientemente hemos escuchado y leído diversas opiniones a nivel nacional y local respecto al desafuero de Andrés Manuel López Obrador, un buen número de ellas exigiendo o justificando el desafuero bajo el argumento del respeto a la legalidad, pero me pregunto, ¿Cuántas de estas opiniones a favor del desafuero fueron realmente producto de analizar a fondo los antecedentes del caso? Esto independientemente de que AMLO nos simpatice o no, de que queramos votar por él o no.
El asunto tiene mucho de tintes políticos y no necesariamente tiene que ver con la estricta legalidad, me explico, para empezar, hay que analizar el caso de “El Encino”, que de acuerdo con expertos juristas, tiene muchas irregularidades. A grandes rasgos, mencionaremos que estamos hablando de un predio expropiado para abrir un acceso a un hospital y de una solicitud de amparo por la parte afectada en el año 2000 o sea en el periodo anterior a la administración de AMLO. Posteriormente en 2001 ya con AMLO en la jefatura del DF, se inicia una averiguación previa dos meses antes de que tuviera a lugar una denuncia y por casualidad, el caso se vuelve a activar en 2003, cuando las preferencias electorales por la Presidencia empezaban a darle una ventaja a AMLO.
Esto a simple vista parece un poco sospechoso, pero el asunto no termina ahí. El asunto se empieza a politizar cada vez más y la mano de la pareja presidencial aparece en escena cuando el presidente Vicente Fox admite a finales del año pasado en una reunión con reporteros que la decisión del desafuero fue una de las más difíciles de las que le tocó tomar y poco después Marta Sahagún anticipa la sentencia contra AMLO en una reunión efectuada meses antes de que sucediera el juicio. ¿Pues que no se suponía que esto es un asunto estrictamente legal y no político? Qué lástima que al posible precandidato AMLO no le tocó un presidente imparcial como lo fue Ernesto Zedillo con el candidato Fox.
Pero prosigamos, ya una vez que el caso queda en manos de la Cámara de Diputados, los diputados del PRI y del PAN anuncian que el sentido de su voto a favor o en contra del desafuero se realizaría en estricto apego a la legalidad y que no habrá línea al respecto, sin embargo, previo al día de la votación, el diputado Roberto Campa del PRI analiza el expediente y visita el predio “El Encino”, para verificar si el supuesto desacato a la orden de suspensión de obras en las áreas de acceso al predio merece el desafuero y decide en base a los hechos, votar en contra del desafuero, por lo cual Emilio Chuayffet lo acusa de traidor, desmintiendo así las declaraciones previas del PRI en el sentido de que la votación era en estricto apego a la legalidad y que no habría línea.
En el PAN las cosas no variaron mucho, salvo una excepción, el voto a favor del desafuero fue unánime. Me pregunto, ¿Tampoco habrá habido línea? Por su parte la diputada independiente Tatiana Clouthier, quien recientemente había renunciado al PAN alegando que las prácticas priistas se habían apoderado del blanquiazul, tuvo la dignidad de abstenerse de emitir su voto.
O sea, en los hechos, al parecer tanto el PRI como el PAN nos quieren quitar a los ciudadanos el derecho de votar ya sea a favor o en contra de a AMLO en las elecciones presidenciales, olvidando que precisamente de eso se trata la democracia.
Ahora, lo más triste de este caso y que prueba que esta votación “a favor de la legalidad” en realidad fue una cortina de humo para maquillar una jugada política con intenciones muy diferentes, es que el día de hoy nos encontramos con la noticia de que el PRI impidió instalar el Jurado de Procedencia para desaforar a Aldana respecto al caso Pemexgate, contando con la complicidad de los diputados del Partido Verde Ecologista de México y los del PAN. ¿Puede haber mayor cinismo? ¿Es más grave el abrir un camino para un hospital que haber desviado fondos públicos? Me pregunto, ante esto, ¿Dónde quedó aquello de que nadie por encima de la Ley? ¿Dónde están las voces que gritaban a favor de la legalidad? ¿La supuesta asociación civil “México a favor de la paz” también gastará en esta ocasión una millonada en spots en televisión nacional para explicarnos que un político inocente no le tiene miedo al desafuero porque la Ley lo protege?
Con estos sucesos simplemente vemos cómo el PAN le hizo el trabajo sucio al PRI y de manera ingenua, pavimentándole al mismo tiempo al presidente del Tricolor el camino a la Presidencia, al quedar más solos de lo que ya estaban frente a la maquinaria del PRI en tiempos electorales.
Como bien dijo Carlos Fuentes, con el desafuero de AMLO, no nos estamos librando de un populista, sino que nos estamos librando de la democracia.