Son automóviles y almacenes blanco de las llamas provocadas por cientos de jóvenes.
AGENCIAS
PARÍS, FRANCIA.- El primer ministro francés, Dominique de Villepin, se reunió ayer con algunos de sus ministros, incluido el titular de Interior, Nicolas Sarkozy, insiste en aplicar ?mano dura? contra una violencia ?que no aporta nada a nadie? luego de los disturbios suscitados por noveno día consecutivo en la periferia parisina. Asimismo, insistió en que Francia ?no puede aceptar la violencia?.
En tanto, crecen las críticas contra el Gobierno, De Villepin que ha querido poner el énfasis también en medidas sociales contra las raíces del problema.
La novena noche consecutiva de disturbios en Francia terminó con más destrucciones materiales que las anteriores -casi 900 coches incendiados- y la confirmación de que la violencia se extiende fuera de la periferia de París, por todo el país.
El fiscal general de París, Yves Bot, dio el parte de la noche en un ejercicio que parece hacerse habitual: 897 vehículos calcinados, y 253 personas detenidas como responsables de altercados.
Las cifras volvieron a superar una vez más las de la víspera, que habían sido de 519 coches, autobuses o camiones incendiados, más de 650 fueron en la periferia de París, donde hubo una reducción del número de destrucciones de vehículos (132 frente a 205) en el departamento más conflictivo de Seine-Saint-Denis, en el que estalló la ola de violencia. Para hacer un total de dos mil 200 vehículos incendiados en nueve días de agresiones.
Los disturbios no sólo han vuelto a contagiar los límites de la región de París y el interior del término municipal de la capital por segundo día consecutivo, sino que ahora se extienden como una mancha de aceite por buena parte del territorio francés. En la ciudad de Lille y sus alrededores, junto a la frontera belga (norte), ardieron 48 vehículos, mientras que en Rennes (noroeste) fueron 18, en Estrasburgo (noreste), 17; en Toulouse (sur), una decena y en Burdeos (suroeste), otros tantos.
De nuevo varios almacenes industriales fueron pasto de las llamas en Seine-Saint-Denis, en particular dos textiles en Aubervilliers y Pierrefitte, donde alrededor de cien personas tuvieron que ser evacuadas de dos edificios tras declararse un incendio en el garaje subterráneo, que, según todos los indicios, fue provocado.
La Policía hizo notar que no hubo enfrentamientos directos entre los autores de los altercados y los agentes antidisturbios, lo que confirma la estrategia de los jóvenes violentos de evitar esos choques -en los que corren el riesgo de ser detenidos- y optar por actos rápidos más destructivos.
Varias organizaciones realizaron manifestaciones silenciosas ayer sábado en algunas localidades de la región de París para pedir el fin de la violencia.
Alzan la voz
Los sindicatos policiales han empezado a hacerse oír ante la ola de violencia que se vive en París.
*Los más radicales y también minoritarios para pedir el estado de sitio y la intervención del Ejército y los más moderados para reconocer los errores del Gobierno conservador. El secretario general del sindicato Unsa-Police, Joaquin Masanet, dijo que ?suprimir la Policía de proximidad fue un error, aunque hacía falta reformarla?.
*Bruno Beschizza, secretario general de Synergie, el segundo sindicato más importante de la Policía, fue más lejos y aseguró que los disturbios de los últimos días son en realidad ?una nueva forma de terrorismo urbano de una minoría de caids (jefes de barrios) que tienen un interés financiero o ideológico?.
*Bescizza considera que no hay que descartar del paisaje a los grupos islamistas radicales ?que han aprovechado la ocasión para atizar el odio y provocar los incendios?.
FUENTE: SUN-AEE