Reciben en Saltillo al gobernador entre ovaciones a pesar que no resultó elegido como candidato de Unidad Democrática.
El Siglo de Torreón
SALTILLO, Coah.- La pertinaz lluvia y el banco de niebla que se estacionó frente a las pistas del aeropuerto de esta ciudad, no impidieron el aterrizaje del jet en que el gobernador Enrique Martínez viajó de regreso de la Ciudad de México, tras conocer que no sería él, sino Arturo Montiel Rojas, quien disputará la candidatura presidencial por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Roberto Madrazo.
Al filo de las 19:09 horas el gobernador descendió de la aeronave y fue recibido con ovaciones por parte de los integrantes de su Gabinete, quienes se reunieron en el hangar del Gobierno del Estado para aguardar su arribo y reconfortarlo tras la derrota.
Afuera, con la lluvia encima y un viento de 12 grados centígrados, un guardia uniformado, sesentón, de gesto duro, resguardaba fiel el portón eléctrico por donde saldría el vehículo en el que el gobernador se trasladaría hasta sus oficinas, en Palacio de Gobierno, para retomar pendientes relacionados con la función que durante semanas atendió entre intervalos, distraído por la idea de convertirse en candidato del PRI a Presidente de México.
“Tengo que estar cumpliendo con la tarea y con la responsabilidad como gobernador. Me voy a entregar estos últimos meses con todo para cerrar los programas, las obras, todos los proyectos que tenemos en Coahuila”, señaló en breve entrevista concedida desde su camioneta a El Siglo de Torreón.
Los secretarios de Finanzas y Fomento Agropecuario -Luis Antonio Valdés y Enrique Salinas Aguilera-, llegaron al hangar justo a tiempo, apenas un par de minutos después de que Martínez pisó tierra.
Antes, aquel policía estatal sin arma a la cintura observó la larga fila de funcionarios públicos que ingresaron al lugar para recibir y levantar el ánimo de su jefe.
Daniel Garza Ortiz, secretario particular de Enrique Martínez, estacionó su Concord color plomo a un costado de la Ram marrón que maneja el gobernador. Tal vez se decidió por ese lugar para corresponder con las versiones que lo ubican no sólo como el servidor público estatal más cercano al mandatario, sino como el funcionario más influyente de la actual administración estatal.
Quizá emulando la tardanza con que han llegado las inversiones económicas a Coahuila, el secretario de Fomento Económico, Ignacio Diego Muñoz, llegó en su Durango color oro siete minutos después de la cita, justo cuando Martínez y Martínez pedía a su equipo de trabajo poner un sobreesfuerzo para sacar adelante los proyectos de Gobierno aún pendientes.
Reconfortado, Martínez tomó el volante de la unidad y con un gesto ordenó al secretario de Gobierno, Abraham Cepeda Izaguirre, abordar como copiloto.
Justo en el acceso principal del inmueble, el gobernador detuvo la marcha de su vehículo y si bien en principio se mostró renuente, terminó por conceder la entrevista.
Ahí aseguró sentirse satisfecho de haber participado en la elección interna de la agrupación también conocida como Tucom, (Todos Unidos Contra Madrazo), pues “siempre señalamos que había la voluntad y el deseo de llegar hasta el final, de que este proceso enriqueciera la democracia en nuestro partido y así ha sido, hemos cumplido”.
Sin demostrar nostalgia, Martínez sugirió que tras la elección interna donde Montiel triunfó, no existen resentimientos de por medio. “Por el método que todos aprobamos se obtuvo quién nos va a representar, todos acordamos aceptar el veredicto y lo hemos aceptado. En mi caso lo recibo de muy buena gana, estoy satisfecho”, aseguró.
-¿El reto ahora será mantener la unidad del Tucom?-, se le preguntó.
“Bueno, en este momento ya hay un candidato de Unidad Democrática y después del evento nos fuimos a comer y platicamos, yo les señalé que no puedo integrarme a trabajar (en la precampaña de Montiel) porque tengo una responsabilidad como gobernador”.
-¿En este momento cuál es su perspectiva política?-, se le interrogó.
“Mi prioridad fue, es y será la confianza que me dieron los coahuilenses”.