Según datos, la provincia de Nínive refutó la Carta Magna, pero lo hizo con una mayoría simple, lejos del 67 por ciento fijado para que el texto quedara anulado.
Bagdad, (EFE).- La Constitución iraquí quedó hoy virtualmente aprobada tras conocerse los resultados finales en la provincia de Nínive, última esperanza para el rechazo de los suníes, que acusaron al Gobierno kurdo shii de amañar las cifras.
Según los datos facilitados por la Comisión Suprema Electoral iraquí, la citada provincia refutó la Carta Magna, pero lo hizo con una mayoría simple, lejos del 67 por ciento fijado para que el texto quedara anulado.
Un 44.2 por ciento de los votantes en esta multiétnica y conflictiva zona del norte del país eligió el "sí" mientras que el "no" fue la opción del 55.08 por ciento de los habitantes de una provincia mayoritariamente suní y feudo de la insurgencia.
De acuerdo con la ley electoral vigente, si dos terceras partes de los votantes optaban por el "no" en tres de las 18 provincias del país, la Carta Magna quedaría anulada.
El rechazo venció en las tres provincias exigidas, pero solo en Al-Anbar y Salahedin superó el referido 67 por ciento, por lo que el texto quedó virtualmente aprobado.
"Puedo afirmar que el referéndum se ha realizado conforme a los estándares internacionales. El resultado final es preciso, completo, y honesto en un cien por cien", dijo a los periodistas Abuld Husein Hindawi, portavoz de la Comisión Suprema Electoral.
Según las cifras globales, un 78 por ciento de los iraquíes que participaron en la consulta se decantó por el "sí", mientras que el 21 por ciento restante optó por el rechazo.
Desglosadas en regiones, el resultado muestra que la aceptación fue mayoritaria en las provincias chiíes y kurdas, mientras que el "no" fue patrimonio casi exclusivo de las zonas suníes.
El porcentaje mayor de aprobación correspondió a la ciudad de Arbil, capital del Kurdistán iraquí, mientras que la mayor cota de rechazo se registró en la provincia de Al-Anbar, corazón de la insurgencia, con un 96 por ciento de noes.
En cuanto a la participación, Hindawi subrayó que fue de un 63 por ciento de los censados, cinco puntos por encima de la que hubo en las elecciones parlamentarias del pasado enero.
Nada más conocerse los resultados finales, los suníes expresaron su descontento y acusaron al Gobierno del primer ministro, el chií Ibrahim al Yafari, de amañar las cifras.
Saleh al-Mutalq, uno de los principales líderes de esta comunidad en Irak advirtió, asimismo, de que la nueva Carta Magna será "una catástrofe para Irak".
"El apaño se ha realizado, sobre todo, en las provincias de Nínive y Diyali", declaró el diputado suní a la cadena de televisión por satélite qatarí "Al Jazeera".
"También consideramos que los resultados han sido manipulados en la ciudad de Mosul (la tercera más populosa del país y capital de la provincia de Nínive), así como en algunas provincias shiies del sur, por lo que vamos a pedir que la consulta se repita en esas regiones bajo supervisión de la ONU y los jueces iraquíes", agregó.
Una vez aprobada la Constitución, el siguiente paso en el proceso de transición iraquí será la convocatoria de nuevas elecciones, que con toda probabilidad se celebrarán a mediados de diciembre.
La aceptación del polémico texto fue saludada por los insurgentes con una nueva oleada de violencia, que alcanzó la hasta ahora tranquila ciudad kurda de Suleimaniya y segó la vida de más de una decena de personas.
El incidente más cruento tuvo lugar en la citada localidad kurda, donde cinco personas perdieron la vida en un atentado suicida con coche bomba y un intento de asesinato de un alto responsable de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), partido que dirige el presidente del país, Yalal Talabani.
Además, el mando militar estadounidense anunció la muerte en un tiroteo de dos marines cerca de Faluya, con lo que el número de militares norteamericanos fallecidos en Irak se colocó al borde la psicológica cifra de las dos mil víctimas.