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CHICAGO, Illinois.- Vaya manera de decir presentes en una Serie Mundial; descansados y agrandados. Los abridores de los Medias Blancas cubrieron la ruta completa en cuatro partidos consecutivos, para darle a Chicago su primer pasaje a un Clásico de Otoño en 46 años.
Impresionante sería la palabra adecuada para describir la actuación del cuerpo de lanzadores de los Medias Blancas, que permitió al equipo ganar 99 juegos durante la temporada regular. Pero, ¿cuatro juegos completos en una serie de postemporada tras nueve en la regular? ?La verdad es que dieron un recital sobre cómo lanzar?, comentó el segunda base Adam Kennedy, cuyos Angelinos de Los Ángeles cayeron 4-1 en la serie por el campeonato de la Liga Americana.
Ahora Chicago, una ciudad con pobre historia de títulos en el beisbol, vibra por un equipo que ha tenido que esperar una eternidad para participar en la Serie Mundial. Blindados con el pitcheo que cuentan, los Medias Blancas lucen con magníficos argumentos para enfrentar al campeón de la Liga Nacional.
Paul Konerko, el jugador más valioso de la serie contra los Angelinos, dijo que su galardón ?debería ser repartido entre cinco?, aludiendo a los abridores. ?Han sido fenomenales?, afirmó. Neal Cotts fue el único relevista que vio acción: dos tercios de entrada en el primer trabajo, siete lanzamientos. Eso fue todo.
Mark Buehrle, Jon Garland, Freddy García y José Contreras se encargaron del resto, la primera vez desde 1956 que un equipo tira la ruta completa en una serie de postemporada en cuatro juegos consecutivos. Los Yanquis tuvieron cinco ese año. ?Nuestro pitcheo ha sido excepcional?, comentó el receptor A. J. Pierzynski. ?Se merecen todo el crédito. No hay manera de describirlo. No sé si se podrá ver algo igual?.
Los Angelinos batearon para un raquítico .175, fabricaron 11 carreras y conectaron 27 hits en los cinco juegos, incapaces de hacer mucho ante el cuarteto de abridores. ?Era como si fuese una competencia entre los cuatro, de quién podía hacerlo mejor?, dijo Ken Williams, el gerente de los Medias Blancas. ?Uno busca al menos uno (un juego completo) para que el bullpen descanse, pero esto sobrepasó toda expectativa?.
El piloto Ozzie Guillén lo enfatizó tras la victoria decisiva por 6-3 el domingo, al comentar que no toma decisiones en base a lo que digan las estadísticas. El venezolano aseguró que no analiza mucho y prefiere llevarse instintivamente.
Así que dejar a los cuatro abridores trabajar toda la distancia en cuatro partidos consecutivos no era algo que le causara extrañeza, pese a correr el riesgo de dejar a su bullpen fuera de ritmo para la Serie Mundial. ?Si en abril me decían que José Contreras iba a ser mi as y que Bobby Jenks sería mi cerrador, les diría que no íbamos a ganar esto?, declaró Guillén.
Pero así fue como se presentó la segunda mitad de la temporada. Mientras que Contreras registró marca de 11-2 tras la pausa por el Juego de Estrellas, Buehrle y García acumularon fojas de 6-5 y Garland acabó 5-6.
Pero cuando los Medias Blancas necesitaban un empuje en la parte final de la campaña, los cuatro respondieron. ?Creo que mi staff de pitcheo hizo su trabajo cuando más se necesitaba. En Boston y aquí. Ahí estuvo la clave?, puntualizó Guillén.
Por ahora y durante dos días, los Medias Blancas disfrutarán su conquista, sin tener que practicar. Volverán al terreno el miércoles, a la espera de los dos primeros juegos el sábado y el domingo.
El primer manager de Venezuela en una Serie Mundial
El venezolano Oswaldo Guillén se convirtió en el primer manager de su país en llevar a un equipo a la Serie Mundial de las grandes ligas estadounidenses, al coronarse los Medias Blancas de Chicago campeones de la Liga Americana.
Guillén, de 41 años y uno de los mejores campocortos en la historia de los ?patiblancos?, llegó el año pasado a la dirección de su ex equipo como jugador, a los que prometió ?llevar a lo más alto?. Hace una semana atrás, las esperanzas de los aficionados venezolanos en poder tener a Guillén en la Serie Mundial habían dado su primer paso tras superar en tres partidos a los actuales campeones Medias Rojas de Boston, que arrancaban como favoritos para llegar a la final.
Más mérito por los Guillén Boys, como lo han bautizado en su país, es que derrotaron a un conjunto como los Angelinos, que hicieron la hazaña de superar a los Yanquis de Nueva York en las series divisionales de postemporada, y que contaban entre sus figuras a los también venezolanos Francisco Rodríguez, Kelvim Escobar y Juan Rivera.
El que fuera titular en los rosters (nómina) por más de quince años con Chicago, alcanzó en sólo un año la posibilidad de llegar a lo más alto en la dirección de un equipo.
Guillén, como en su época de pelotero activo, de carácter fuerte y muy sincero a la hora de declarar frente a los medios de comunicación, apostó a llegar lo más lejos posible pese a que muchos no daban muchas opciones de que lo lograría.
En poco tiempo, hace apenas año y medio, Ozzie logró su primer objetivo de ser el primer manejador de su país en la historia de las grandes ligas estadounidenses.
Ozzie Guillén, con una gran carrera en las grandes ligas como campocorto, especialmente con los Medias Blancas de Chicago, había quebrado el mito de ser el primer venezolano en tomar las ?riendas? de un equipo de grandes ligas, después que cubanos y dominicanos, como el experimentado Felipe Rojas Alou, hiciesen lo propio.
El pelotero venezolano, que en su país fue una emblemática figura de los Tiburones de La Guaira, jugó por más de 13 temporadas con los ?patiblancos?, antes de finalizar su carrera en los Orioles de Baltimore, Bravos de Atlanta y Mantarrayas de Tampa Bay.
En los últimos cinco años comenzó su carrera detrás de sus compañeros como uno de los entrenadores de los Expos de Montreal y hace dos años como coach de tercera base de los recientemente coronados campeones Marlines de Florida.
El manejador venezolano dio sus primeros pasos como profesional en 1980, de donde fue contratado por los Tiburones de La Guaira de la liga local y por la organización de los Padres de San Diego.
Después de cuatro años en las ligas menores de San Diego, Guillén arribó en diciembre de 1984 a los Medias Blancas de Chicago en un cambio.
A su llegada, el hoy entrenador de Chicago ganó el premio al Novato del Año en 1985, con un excelente promedio de .273, dejando una nueva marca de apenas 12 errores en toda esa temporada.
En sus trece años como jugador de las Medias Blancas, Guillén participó en los Juegos de Estrellas de los años de 1988, 1990 y 1991, llegando una vez con Chicago a la fase de postemporada en 1993.
Tras su salida de Chicago, Guillén estuvo con los Orioles de Baltimore (1998), Bravos de Atlanta (1998-1999), con el que llegó a la Serie Mundial y terminó su carrera activa con los Mantarrayas de Tampa Bay (2000).
Para el beisbol de Venezuela es una gran ocasión de estar representado por Oswaldo Guillén, que tendrá la oportunidad de dirigir a sus Medias Blancas de Chicago en la final que se les negaba desde 1959, frente al ganador de la Liga Nacional entre los Astros de Houston y los Cardenales de San Luis, con ventaja para Houston de 3-1.
