Más de 44 millones 376 mil personas se han visto afectadas por los diluvios que provocaron crecidas sin precedentes en los ríos Xijiang y Beijiang, afluentes del Perla.
Pekín, (EFE).- China entró hoy de lleno en la estación de las lluvias, con al menos 536 personas muertas y 137 desaparecidas por las riadas en todo el país, y con la previsión de nuevas precipitaciones para las próximas horas.
Según declaró hoy, viernes, a EFE un portavoz del Centro Estatal de Control de Inundaciones, las lluvias torrenciales caídas en los últimos diez días han afectado sobre todo al sur del país, con las provincias de Cantón y Fujian, y la región autónoma de Guangxi a la cabeza.
Violentas tormentas sacudieron varias ciudades, donde las aguas llegaban hasta el tercer piso, según las imágenes de la televisión china, y en las montañas, poderosos torrentes arrasaron miles de viviendas, atrapando bajo el lodazal a un número indeterminado de personas.
De momento, más de 44 millones 376 mil personas se han visto afectadas por los diluvios de los últimos días, que provocaron crecidas sin precedentes en los ríos Xijiang y Beijiang, afluentes del Perla.
Un total de 91 reservas acuíferas y 53.4 kilómetros de diques y muros de contención sufrieron fuertes daños en Guangxi, informó la agencia Xinhua.
El Xijiang superó en casi 10 metros el nivel de alarma máximo y las autoridades temen que la crecida del río provoque mayores desbordamientos en Guangxi y Cantón, en el curso más bajo del río Perla, que desemboca en Macao.
En la ciudad de Wuzhou, donde el río Xijiang se une con el Perla, más de diez mil personas se han quedado aisladas por las inundaciones, por lo que las autoridades han tenido que empezar a distribuir sacos de alimentos y ayuda de emergencia desde el aire.
Mas de 1.4 millones de personas han tenido que ser evacuadas por la subida del nivel de las aguas, que además provocaron importantes cortes en el tráfico por carretera y ferroviario, así como falta de suministro eléctrico, en Guangxi.
En Heyuan, al sur de la provincia de Cantón, las tormentas amenazan con desbordar las presas cerca de esta gran ciudad, donde la policía ha comenzado la evacuación de los residentes.
Miles de efectivos policiales y fuerzas del ejército se han desplazado a las zonas más azotadas por las inundaciones y trabajan sin descanso colocando sacos de arena para contener las crecidas de los ríos, evacuando a los afectados o buscando supervivientes entre los escombros.
La crecida del Xijiang y el río Beijiang ha puesto en alerta también a la ex colonia portuguesa de Macao, ya que se espera que hoy ascienda al máximo anual el nivel de las aguas.
En Cantón, las tormentas veraniegas provocaron el hundimiento de parte del trazado ferroviario en la línea Pekín-Kowloon (Hong Kong), cuyo tráfico fue detenido el pasado martes y todavía no se ha reanudado.
Los trabajos de reparación están en marcha, pero las continuas lluvias dificultan la labor de los obreros debido al barrizal.
También la ex colonia británica de Hong Kong se vio hoy sumida en el caos por las tormentas, que dejaron en tierra a miles de pasajeros cuyos ferrys no pudieron salir y provocaron retrasos en más de 60 vuelos.
En total, 31 millones de hectáreas de cultivos quedaron dañadas, con pérdidas económicas directas superiores a 1.360 millones de dólares (mil 130 millones de euros) sólo en Guangxi.
El viceministro de Asuntos Civiles, Jia Zhibang, que encabeza un grupo especial del Consejo de Estado (gobierno) chino para labores de rescate, alertó a las autoridades locales por las posibles avalanchas de lodo y barro que a menudo siguen a las intensas lluvias, además de posibles crecidas en los días venideros.
China sufre cada año inundaciones durante la estación veraniega, que se extiende entre junio y septiembre, con la llegada del monzón, las tormentas y los huracanes, que azotan sobre todo al centro y sur del país.
Las peores inundaciones de las últimas décadas ocurrieron en 1998, al desbordarse los ríos Yangtsé, Huanhe y Sonhua, lo que provocó la muerte de 4.200 personas y pérdidas por valor de unos 36 mil millones de dólares, y unos 240 millones de ciudadanos (un quinta parte del total del país) resultaron afectados.
