El joven Rodolfo Torres Morales se quedó dormido sobre las vías a la altura del ejido San José del Viñedo
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO. DGO.- Destrozado por el tren, murió joven jornalero que regresaba de una fiesta a la que asistió en esta ciudad, al quedarse dormido sobre las vías férreas a la altura del ejido San José del Viñedo, cuando por la madrugada se dirigía a su casa en el poblado San Felipe. Su mutilado cuerpo que fue descubierto ya por la mañana, fue arrastrado por la máquina cerca de cien metros. Ya son cinco.
Elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal hicieron el macabro hallazgo cuando al realizar su recorrido de vigilancia encontraron un cuerpo sin cabeza ni el brazo derecho, se trataba de Rodolfo Torres Morales, de 23 años de edad.
De inmediato dieron aviso al Ministerio Público, acudiendo hasta el sitio del descubrimiento, el titular de la representación social, Aurelio Urbina Suárez, quien dio fe del cadáver y ordenó su traslado al anfiteatro para que se le practicara la necropsia de Ley.
Las primeras indagaciones realizadas por el funcionario, determinaron que el hoy occiso había acudido a un festejo que se celebró en Gómez Palacio y ya por la madrugada cuando culminó, se regresó a su domicilio a pie.
Pablo Valadez Hinojo, de 39 años, suegro de Rodolfo, quien realizó la identificación judicial del cuerpo así como Mauro Flores Durán de 49 años, manifestó al Ministerio Público que su yerno tenía el hábito de ingerir bebidas embriagantes con frecuencia y cuando estaba muy bebido, se quedaba dormido en cualquier lugar.
Esto fue lo que pasó, pues de acuerdo a los datos obtenidos por la representación social, Rodolfo debió quedarse dormido sobre las vías férreas a mitad de camino, precisamente frente al ejido San José del Viñedo, donde se tendió sobre los rieles, confiando que sentiría la proximidad del tren y despertaría sin problemas para continuar su camino.
Poco después de las cinco de la madrugada, el tren carguero salía de Torreón rumbo a Chihuahua, llevando tras de sí decenas de furgones repletos de gramíneas diversas.
Al paso por San José del Viñedo, el maquinista no se fijó que Rodolfo se hallaba dormido sobre las vías y la mole de hierro siguió sin detenerse, llevándose entre las pesadas ruedas el cuerpo del infortunado jornalero, cuya cabeza fue desprendida así como el brazo derecho que se encontraron casi a 80 metros después, completamente destrozados.
