Un grupo de hombres armados tendió una emboscada al convoy que trasladaba el responsable municipal y pudo tirotear con metralletas.
Bagdad, (EFE).- Un nuevo atentado con coche bomba, que hoy segó la vida de al menos una decena de personas en Bagdad, y el asesinato del Gobernador de la capital ciernen más dudas sobre la conveniencia de celebrar las elecciones en la fecha prevista.
El atentado, el segundo perpetrado en las últimas 24 horas en Bagdad, ocurrió a las 08.45 hora local (05.45 GMT) frente a un puesto de control de la Guardia Nacional en el barrio de Hatriyia, en el oeste de la ciudad.
Según el relato de los testigos, a esa temprana hora de la mañana, un presunto suicida al volante de una camión cisterna hizo estallar la carga explosiva cerca de uno de los principales centros de reclutamiento de las nuevas fuerzas de Seguridad iraquíes.
La explosión mató al instante a diez personas, ocho de ellas guardias nacionales, y causó heridas de diversa consideración a más de sesenta.
Fuentes del hospital general Yarmuk dijeron a EFE que al menos una veintena de los heridos ingresó en estado de "extrema gravedad", por lo que no se descartaba la posibilidad de que la cifra de víctimas mortales se incremente en las próximas horas.
En los últimos días, los grupos de insurgentes han intensificado su campaña de intimidación y terror contra el Gobierno interino y las fuerzas de Seguridad iraquíes, con la intención de mantener la inseguridad y evitar que se celebren los comicios anunciados para el 30 de enero.
El lunes, cerca de una veintena de personas, en su mayoría guardias nacionales y policías iraquíes, perdieron la vida en Irak en varios atentados con coche bomba y artefactos de fabricación casera en diferentes lugares del país.
Uno de los vehículos explosivos deflagró a escasos metros de la sede en Bagdad del partido que lidera el primer ministro iraquí, Iyad Allawi, segando la vida de varios guardias nacionales y civiles.
La inseguridad que reina en el país, y el boicot anunciado por el principal grupo suní, han inducido a algunos grupos a pedir un aplazamiento de las elecciones.
El lunes, en El Cairo, el ministro iraquí de Defensa, Hazem al Shalan, sugirió la posibilidad de posponer la consulta si los suníes, que representan casi el 20 por ciento de la población del país, se avienen a participar.
En Washington, sin embargo, un vice portavoz del Departamento de Estado insistió el mismo lunes en que las elecciones tendrán lugar en la fecha indicada.
Pero las esperanzas de que para entonces se haya reducido la inseguridad han sufrido un varapalo esta misma mañana, al ser asesinado a tiros, en el norte de Bagdad, el Gobernador de la ciudad, Ali Radi al Haidri.
A primera hora, un grupo de hombres armados tendió una emboscada al convoy que trasladaba el responsable municipal y pudo tirotear con metralletas, durante varios minutos, el vehículo en el que éste se dirigía a su lugar de trabajo.
Al Haidri, de confesión chií, resultó herido de gravedad y fue trasladado a un hospital de la zona, donde falleció poco después, explicaron las fuentes.
En el atentado, murieron varios de los guardaespaldas del Gobernador.
El Gobernador, que había escapado con vida a un anterior intento de asesinato, es el responsable iraquí de más alto rango asesinado por los insurgentes desde que en mayo de 2004 perdiera la vida el presidente del Consejo de Gobierno, Ezedin Salim, a causa de un atentado con bomba.
Los funcionarios del Gobierno interino y las Fuerzas de Seguridad se han convertido en los últimos meses en el objetivo prioritario de los grupos insurgentes.
En la última semana, varios miembros del Consejo Independiente Electoral Iraquí han decidido renunciar a su trabajo por temor a las reiteradas amenazas de muerte recibidas.
