“Ni yendo a bailar a Chalma, México tendrá en 2006 el nivel de educación que tiene Finlandia”, así de contundente fue la afirmación de Felipe Martínez Rizo, director general del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), al presentar el pasado martes el tercer informe de resultados La calidad de la educación básica en México 2005.
Más allá de programas de Enciclomedia y del uso de la Internet, la forma en que se educa en México es prácticamente la misma que hace dos o más siglos: un maestro poseedor de todos los conocimientos imparte cátedra ante alumnos cuya principal preocupación será memorizar datos y no aprender conocimientos que le permitan realizar cambios en su entorno.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las reformas en materia educativa en México han carecido de visión estratégica y el incremento de recursos que ha recibido este rubro no ha tenido los resultados esperados. En su informe publicado el pasado 12 de octubre, Encuesta Económica de México 2005, la OCDE lamenta la mala preparación de los maestros mexicanos y la alta proporción del gasto educativo que absorben sus salarios.
Mientras los países de primer mundo apuestan a la educación para alcanzar el desarrollo, en México la estructura educativa, entiéndase sindicato de maestros, ha sido utilizada más con fines político-partidistas que con el objetivo de ser una nación más culta.
Es cierto, ha habido avances sobre todo cuando se toma en cuenta que en 1920 ocho de cada diez mexicanos eran analfabetos y su promedio de escolaridad era de un grado, en 1960 el analfabetismo era del 40 por ciento y la escolaridad de dos años y medio. En 2000 el índice de analfabetismo era del diez por ciento y la escolaridad alcanzaba 7.7 grados, según las cifras oficiales.
Sin embargo, falta mucho por hacer, el efecto de la globalización nos obliga a ser más competitivos. La sociedad del conocimiento ha llegado, Corea lo entendió y está listo para la competencia, por desgracia México lo olvidó y el desarrollo cada vez está más lejano.