MÉXICO, DF, (Diario de Yacatán-AEE).- No se engañe. Astrid Hadad no canta. Tampoco baila. Más bien hace una parodia de ambas cosas muy a su estilo ?heavy nopal?. Lo que sí es cierto es que su espectáculo es único por irreverente y bizarro, y porque hasta ahora a nadie se le había ocurrido ponerse una escenografía encima para salir al escenario.
La chetumaleña, como siempre, se adelantó al carnaval y con rumba y confeti se presentó la noche del sábado en el Teatro Mérida, con el mismo peinado y los mismos chistes, pero esta vez con un vestuario diferente.
Esta vez fue una trajinera de Xochimilco, rumbera exótica, china poblana-catrina, ranchera asesina y estatua de la libertad terrorista, entre otros ?personajes?.