Cinco de los seis hombres que atacaron el sitio religioso con explosivos fueron abatidos por la policía, un sexto se suicidó en el lugar
LUCKNOW, India, (Reuters) .- La policía de la India mató el martes a cinco hombres armados que atacaron un sitio religioso en el norte del país, reivindicado por hindúes y musulmanes, mientras un sexto atacante se suicidó en el lugar, que se convirtió en un punto álgido de la violencia sectaria.
Los hombres armados, no identificados, tomaron por asalto un complejo que alberga un templo provisorio del dios hindú Ram, que fue construido sobre una mezquita del siglo XVI, derribada por una turba enardecida hindú en 1992.
Las tensiones alrededor del lugar, en la ciudad de Ayodhya, a unos 600 kilómetros al sudeste de Nueva Delhi, han causado enfrentamientos en el pasado y las fuerzas de seguridad del país fueron alertadas para evitar problemas tras el ataque del martes.
Los hindúes de línea dura, acusados de destruir la mezquita en 1992, condenaron el incidente. El partido nacionalista Bharatiya Janata anunció para el miércoles una protesta en todo el país contra el ataque.
Ningún grupo reivindicó el atentado, pero el partido de derecha Shiv Sena culpó del ataque a grupos militantes islámicos que, desde su punto de vista, recibirían el apoyo del vecino Pakistán.
Los activistas del partido quemaron una bandera paquistaní en el centro financiero de la India, Bombay.
Los seis atacantes llegaron en auto y en un jeep cargado de explosivos. Uno voló el jeep y se mató, cerca de un alto cerco de hierro que rodea al complejo de 30 hectáreas, informaron funcionarios.
"El cuerpo estaba hecho pedazos", dijo a Reuters un profesor local en una conversación telefónica.
La explosión abrió un agujero en el cerco, a través del que ingresaron al complejo los cinco hombres armados, que le dispararon a la policía que custodiaba el lugar.
Los cinco atacantes murieron tras dos horas de combates, explicaron los funcionarios.
"Parecía como si explosivos muy poderosos hubieran sido usados para crear un pasaje al complejo. Todos los atacantes vestían pantalones y camisetas negras, lo que los hacía parecer comandos", describió el profesor.
El primer ministro Manmohan Singh apeló a la calma.
"Es afortunado que se haya frustrado el ataque y que los atacantes hayan muerto durante el enfrentamiento. También es afortunado que no hubo daños a las estructuras físicas en el sitio del incidente", expresó Singh.
