Notimex
Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI señaló que México debe dar “una atención especial al problema del narcotráfico, que causa un grave daño a la sociedad”.
Al recibir ayer al nuevo embajador de México ante la Santa Sede, Luis Felipe Bravo Mena, el Pontífice reconoció “el esfuerzo continuo” del Estado mexicano y de algunas organizaciones sociales contra esa “terrible plaga”. “No debe olvidarse que una de las raíces del problema es la gran desigualdad económica”, indicó, antes de recalcar la “urgencia” de que “todos aúnen esfuerzos para erradicar este mal mediante la difusión de los auténticos valores humanos”.
El Papa animó además al Gobierno de México a seguir adelante en la lucha contra el narcotráfico y favorecer la integración de las poblaciones indígenas, al tiempo que recordó que la política debe ejercerse como “un servicio efectivo” al país.
También llamó a promover la integración de las poblaciones indígenas en el respeto a sus valores y tradiciones ancestrales, con la defensa de “la igualdad de derechos y su participación activa en la marcha y el progreso del país”.
El Papa Benedicto XVI señaló ayer que las elecciones que México celebrará en 2006, “representan -dijo- una oportunidad y un desafío para consolidar los significativos avances en la democratización”.
En este sentido, deseó que los comicios fortalezcan el orden democrático y fomenten políticas “inspiradas en el bien común”, con especial atención a los más desfavorecidos. Benedicto XVI también mencionó el carácter laico del Estado e insistió en que la Iglesia “considera que en las sociedades modernas y democráticas puede y debe haber plena libertad religiosa”.
Subrayó que ante el creciente laicismo, la Iglesia está consciente de que el mensaje cristiano refuerza los principios de la convivencia, basados en “el don sagrado de la vida”, además de “la dignidad de la persona” y “el valor irrenunciable del matrimonio y la familia”.
Este último “no se puede equiparar ni confundir con otras formas de uniones humanas”, recalcó.
Además de recibir al nuevo embajador mexicano ante la Santa Sede, el Papa atendió ayer a los obispos de las sedes metropolitanas de Jalapa, México, Puebla y Tlalnepantla con motivo de la quinquenal visita “Ad limina apostolorum”.
A estos prelados les instó a proponer el Evangelio “con un lenguaje y una forma apropiada a nuestro tiempo”, sin caer en el desánimo y con un decidido apoyo a la labor de los sacerdotes.