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Auguran panorama sombrío para Mesa

Afirman autoridades que Mesa ha perdido credibilidad y que difícilmente llegará hasta el 2007.

LA PAZ, (Reuters).-El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, dijo que seguirá capitaneando el convulsionado país andino, pero el viernes persistían las dudas sobre su capacidad para hacerlo atinadamente y culminar así su gestión en el 2007.

Analistas, políticos y gente común coincidían en que el mandatario, un periodista e historiador, tiene un panorama muy difícil frente así, con un parlamento poco amigo y con unos movimiento sociales que están dispuestos a seguir batallando por lo que consideran sus derechos.

"Es muy difícil su futuro político porque ha perdido credibilidad", dijo a Reuters el senador Hugo Carvajal, del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), quien reconoció que el presidente de 51 años es, sin embargo, la "persona con mejor imagen en este momento para poder gobernar el país".

Opinó que su reciente "sobre exposición" ante la gente y las cámaras, con el episodio de oferta de renunciar el 6 de marzo y la más reciente de pedir el adelanto de elecciones, le restó seriedad.

"Se expuso mucho, balconeó demasiado, no sale del síndrome del comunicador, entonces ahora tiene que entrar en la lógica del gobernador y no del comunicador", agregó el legislador para quien Mesa "difícilmente" llegará hasta el 2007 en el cargo.

Por los momentos, sugirió como otros actores político hacer un "acuerdo nacional" que incluya al poder Ejecutivo, Legislativo, la iglesia, los movimientos sociales, comités cívicos regionales, empresarios y trabajadores para tratar una agenda que incluya el tema económico, además de otros que están pendientes como una controversial Ley de Hidrocarburos.

El jueves en la noche, Mesa apareció nuevamente ante las cámaras para anunciar que seguirá al frente del país aunque resulte una tarea "extraordinariamente difícil", luego de que el Congreso le negó por inconstitucional una solicitud para adelantar unas elecciones generales, lo cual dijo lamentaba "profundamente".

"Quiero darle al país y al mundo la certidumbre que después de haber agotado todos los mecanismos que creí adecuados para encontrar soluciones, sobre la base de mi desprendimiento personal, no voy a rehuir mi responsabilidad de quedarme como presidente constitucional de la república", dijo el presidente quien durante años se movió cómodamente en estudios de radio y de televisión.

Si Mesa hubiese renunciado, el poder habría recaído sobre el presidente de la Cámara de Senadores, Hormando Vaca Díez, lo que para el presidente no constituía una salida a la crisis porque carecería de la legitimidad que dan los votos.

El 8 de marzo, el parlamento boliviano dio un espaldarazo a Mesa al rechazar su renuncia ante la frustración y el agotamiento por las frecuentes protestas y bloqueos de carreteras.

La prensa boliviana dio cuenta de las dudas sobre el futuro político del presidente."Mesa se queda sin tener segura la gobernabilidad", tituló el diario La Prensa, mientras que La Razón escribió "El Presidente se queda, pero no despeja la incertidumbre".

QUE SE PONGA LOS PANTALONES

En la calle la percepción no era muy diferente para algunos bolivianos.

"El no puede seguir en esa incertidumbre y ese juego de que me quedo, me voy. Se tienen que poner bien los pantalones para poder gobernar, de lo contrario no durará mucho", dijo un taxista.

En tanto, una mesonero que se identificó como Carlos y quien trabaja en un restaurante en La Paz, dijo que Mesa "es un hombre muy preparado y buen presidente, pero no lo van a dejar gobernar.

Creo que no llegará a cumplir su gestión porque no se lo van a permitir".

Se refirió concretamente a las presiones que podría seguir activando el diputado y líder cocalero Evo Morales, quien propicia los frecuentes bloqueos de carreteras en el país andino de nueve millones de habitantes para protestar en contra de algunas políticas de Mesa.

Morales denuncia que las grandes trasnacionales están saqueando las riquezas naturales de Bolivia sin que los bolivianos se beneficien de ello. Por ello ha defendido una propuesta de elevar las regalías que pagan las empresas petroleras desde 18 a 50 por ciento, para que la nación reciba más ingresos.

Según diversos estudios, siete de cada 10 bolivianos se debaten entre la pobreza y la indigencia.

Está previsto que la próxima semana la Cámara de Senadores comience a discutir la controvertida nueva Ley de Hidrocarburos la cual fue aprobada esta semana por la Cámara de Diputados, que contempla que las empresas deberán seguir pagando 18 por ciento por regalías más un impuesto de 32 por ciento.

Algunas petroleras han cuestionado ese esquema y dijeron que tal y como lo aprobó la cámara baja implica una regalía disfrazada. El gobierno aún tiene esperanzas de llegar a algún acuerdo con el senado para hacer la ley más "adecuada".

Analistas opinaron el jueves por la noche que si Mesa, que cuenta con una popularidad de 60 por ciento, quiere gobernar al país sin mayores conflictos deberá pactar obligatoriamente con el parlamento que se le opuso.

También con las organizaciones sociales, algunas de ellos responsables del cierre por 18 días, hasta el miércoles, de varias importantes vías en el país, generando pérdidas diarias de entre 6 y 8 millones de dólares, según empresarios.

Algunos consideran que Mesa está derrotado políticamente.

"Tenemos un presidente sólo, aislado", dijo Alvaro García en un programa de televisión al agregar que aunque el mandatario tiene una alta popularidad es "profundamente impotente" para manejar la crisis.

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