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NUEVA YORK, EU.- Le tomó un día de viaje a Natasha para encontrar al esposo americano que había soñado. Y le tomó los próximos seis años poder salir de la pesadilla que vivió a continuación.
Natasha, una maestra de música, era una de las 200 mujeres rusas que hicieron la fila pacientemente en un restaurante de Moscú para conocer a diez hombres americanos en un encuentro organizado por una agencia de encargo de novias por correo.
Ella no hablaba inglés pero enseguida atrajo la atención de uno de los hombres, 16 años mayor que ella.
Él era buen mozo y dijo querer las mismas cosas que ella: una cálida familia e hijos. Fueron a museos y al teatro con un intérprete y él comenzó los trámites para llevarla a Estados Unidos como su esposa.
El cuento de hadas terminó ocho meses más tarde. Natasha, quien sólo será identificada por un seudónimo, apenas había puesto sus pies en Estados Unidos cuando su marido comenzó a abusar sexualmente de ella, a desaparecer por semanas enteras, a amenazar a cualquiera que intentara hacerse amigo y la forzó a firmar un acuerdo posnupcial.
Después de dos años de abusos Natasha fue echada de su casa y tuvo que arreglárselas sola en un país desconocido con escasas capacidades de inglés y sin documentos para trabajar legalmente.
“Él me dijo que yo era el juguete más caro que había comprado”, dice Natasha, quien se ha divorciado desde entonces y ha reabierto su caso como inmigrante con la ayuda de un grupo legal de mujeres, después de lograr cierto estatus oficial como una esposa abusada.
Los portavoces de los derechos de la mujer dicen que el caso de Natasha es difícilmente único en el mundo de las novias por encargo postal.
De hecho, hay evidencia que sugiere que esto se está haciendo más y más común. Tres novias por encargo han sido asesinadas por sus maridos en los últimos diez años en Estados Unidos.
Un estudio del organismo reveló que el 50 por ciento de los 175 grupos de asistencia legal de Estados Unidos había sido contactado por novias por encargo postal.
MALOS MATRIMONIOS
A medida que más casos de novias maltratadas salen a la luz, un pequeño pero creciente grupo destinado a disminuir tal abuso está adquiriendo impulso. Alentada por las muertes de dos novias en el estado de Washington, una nueva Ley que apunta a brindarle más derechos legales a las extranjeras está ahora en el Congreso.
La norma requerirá que las novias están al tanto de cualquier antecedente criminal del marido y prevendrá que los hombres americanos soliciten varias visas de cónyuge a la vez, terminando con una laguna jurídica que los críticos dicen que actualmente posibilita una “lotería de esposas”.
“Las estadísticas mostrarán que muchos de estos matrimonios funcionan muy bien”, dice el republicano Rick Larsen del estado de Washington, donde dos de las tres mujeres fueron asesinadas.
“El problema es que cuando las cosas salen mal, salen horriblemente mal”.
El año pasado, Nataliya Fox, quien fue golpeada por su marido mientras le daba de mamar a su hijo, lo demandó y ganó el primer juicio contra una agencia de Internet de novias por encargo.
Esa agencia ofrecía satisfacción garantizada a los hombres: si la primera novia no funcionaba, la próxima sería gratis, dice Miller-Muro.
“La forma en que los agentes de matrimonios internacionales funcionan actualmente, permite que se convierten en un conducto para que abusadores rapaces encuentren a su próxima víctima”, dice Miller-Muro. Las agencias de novias por encargo se muestran reacias ante la sugerencia que es su responsabilidad ayudar a prevenir abusos.
“Es como cuando tienes una cita en Estados Unidos, ¿cómo sabes que esta persona no es (Charles) Manson?”, dice Craig Jay Rich, quien se casó con una rusa y fundó A Volga Girl, que junta a sus clientes con mujeres de esa nacionalidad. En seis años, sólo dos parejas que se conocieron a través de la agencia se divorciaron, agregó.
BOOM DE LAS AGENCIAS
Todo esto ocurre mientras el negocio de las novias por encargo crece, ayudado en gran medida por Internet.
En 1999, un estudio del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) encontró más de 200 agencias que formaron entre cuatro mil y seis mil parejas entre hombres americanos y mujeres extranjeras cada año, más que nada de Europa del este y Asia.
Hace dos años, habían crecido a más de 500 agencias.
Si bien algunos críticos creen que el negocio está a pocos pasos de calificar como tráfico de mujeres, la mayoría considera que muchos hombres que lo utilizan son sinceros en cuanto a sus esfuerzos de encontrar una pareja.
Muchos de los que recurren a las agencias quieren una mujer tradicional y leal.
Eso es lo que, en parte, llevó a Chris Testa a una novia por encargo postal. Después que por problemas en sus ojos casi le cuestan la visión y varias citas que no condujeron a nada, desembolsó 90 dólares para buscar a una en el sitio de Volga Girl.
Pronto empezó a escribirse con una recatada chica llamada Elena Zharkova de Togliatti, una ciudad a mil kilómetros al sur de Moscú.
Testa finalmente fue a Rusia a conocer a Zharkova y a dos otras posibles novias. Ocho días más tarde, después de una excursión en un remolcador, él se había decidido.
“Ella era la única que quería conocerme en el aeropuerto y se pidió una semana en el trabajo”, dice Testa, un hombre alto y de bigote, oriundo de Nueva Jersey, quien gastó 16 mil dólares en encontrarla.
La pareja se casó este verano. Zharkova dice que está feliz.
“Siempre supe que él era el indicado para mí” dice en un inglés entrecortado en una cafetería de Manhattan, del brazo de Testa mientras toma un té de a sorbos.
