EFE
PEKÍN, CHINA.- Al menos 76 mineros murieron y otros siete siguen atrapados, y con escasas posibilidades de seguir vivos, tras la explosión ocurrida en un pozo hullero en la región noroccidental china de Xinjiang, informó ayer la agencia oficial Xinhua.
El accidente se produjo en la madrugada del lunes cuando 87 mineros trabajaban a unos 200 metros de profundidad en la mina de carbón Shenlong, en la ciudad de Fukang, y una fuerte explosión de gas sacudió la galería.
Cuatro personas sobrevivieron (aunque se habló inicialmente de cinco) a la explosión, provocada posiblemente por una fuga de gas grisú, aunque la causa todavía no ha sido confirmada.
Según los equipos de rescate, la alta densidad de gas que sigue habiendo en la zona del accidente dificulta los trabajos de salvamento. El director de la Administración Estatal de Seguridad Laboral, Li Yizhong, reconoció que ?apenas hay posibilidades de que los mineros todavía atrapados hayan logrado sobrevivir?.
La nueva catástrofe pone de manifiesto los escasos avances realizados en materia de seguridad en los yacimientos chinos, pese a los esfuerzos del Gobierno por reducir la siniestralidad y el anuncio de una inyección de 360 millones de dólares para mejoras.
Muchas explotaciones funcionan con escasas medidas de seguridad y a grandes profundidades, exigen a los obreros numerosas horas de trabajo y, en ocasiones, los capataces eluden el control oficial y las normas de seguridad mediante sobornos a los líderes locales.
Las minas chinas son las más peligrosas del mundo, con ocho mil 725 fallecidos en 2004, según las cifras oficiales, de los cuales más de seis mil perecieron en los pozos hulleros (el carbón sigue siendo la principal fuente energética de China, ya que extrae de este material un 70 por ciento de la energía que consume).
