EL SIGLO DE TORREÓN
Desconfía Coparmex de los beneficios que pueda dar la presa.
TORREÓN, COAH.- Queda claro que no se ha dicho la última palabra en torno a la construcción de la presa El Tigre y prueba de ello es el amparo interpuesto por los usuarios del Cañón de Jimulco, advierte Fernando Royo Díaz Rivera, presidente de Coparmex Laguna.
Desde el anuncio del proyecto de construcción de las presas El Tigre, que será almacenadora con capacidad de 14 millones de metros cúbicos y Cañón de la Cabeza, retenedora para controlar las corrientes de las aguas broncas, hace dos años, se ha desatado la polémica por las posturas contrarias de diferentes sectores de la sociedad.
El dirigente de Coparmex Laguna considera que todavía la sociedad no está convencida sobre los beneficios y perjuicios que podrán resentirse en unos años más y que la Comisión Nacional del Agua (CNA), aclare si se necesitan o no.
“La Comisión Nacional del Agua presenta su versión sin tomar en cuenta las demás opciones y al más viejo estilo de hacer las cosas, pero si se equivoca la sociedad es la que pierde”.
Destaca la sobreexplotación del acuífero, que califica de gigantesco y reconocido por la CNA, que asciende a más de 520 millones de metros cúbicos al año. “Y ése es el dato oficial, falta el extraoficial porque se habla de muchos pozos clandestinos y la Comisión Nacional del Agua dice que no hay”.
La Comisión Mundial de Presas dice que una presa de más de tres millones de metros cúbicos, ya se considera una gran presa, “aunque las autoridades digan que se trata de una presita”.
Es innegable que hay beneficios para determinadas personas con las presas en el corto plazo, añade, pero haciendo el balance después de 30 o más años, es mayor el perjuicio que el beneficio.
Cuando no había presas se sembraban muchas más hectáreas que en la actualidad, aseguran los agricultores que tienen 50 años en el campo, destaca el presidente de Coparmex.
Fernando Royo Díaz Rivera señala que llegaban a establecerse hasta 150 mil hectáreas cuando estos últimos años apenas se alcanzan 50 mil con las presas.
“Por otra parte no sabemos hasta cuándo tenemos agua, pero hay que hablar ya del problema del arsénico. Las autoridades tienen pavor de hablar de este tema, pero aquí lo tenemos y debemos abordarlo”.
Cuando no había presas se sembraban muchas más hectáreas que en la actualidad, aseguran los agricultores que tienen 50 años en el campo, destaca el presidente de Coparmex.
Fernando Royo Díaz Rivera señala que llegaban a establecerse hasta 150 mil hectáreas cuando estos últimos años apenas se alcanzan 50 mil con las presas.
“Por otra parte no sabemos hasta cuándo tenemos agua, pero hay que hablar ya del problema del arsénico. Las autoridades tienen pavor de hablar de este tema, pero aquí lo tenemos y debemos abordarlo”.
