Según los datos publicados por INEGI, el PIB (Producto Interno Bruto) de México creció en 2004 más de lo que se esperaba. Los especialistas ubicaban el crecimiento en cuatro por ciento; en realidad México creció 4.4 por ciento. Además en el último mes del año que acaba de terminar, el crecimiento fue del 4.9 por ciento, lo que indica que 2005 será un buen año.
El sector servicios fue el que más creció con un 4.8 por ciento, el agropecuario creció cuatro por ciento y el industrial 3.8 por ciento.
De los servicios, el sector comunicaciones y transportes fue el que más creció, debido a una mayor actividad comercial. El mayor consumo fue el pivote del crecimiento. Es importante vigilar de cerca este sector porque un aumento desmedido de la demanda provoca presiones inflacionarias.
Los sectores de transportes y de comercio contribuyeron con el 48 por ciento al crecimiento de 2004 y la demanda manufacturera aportó el 15.4 por ciento.
El buen cierre de la economía del año pasado fortalece el optimismo para 2005, cuyo crecimiento se ubicará otra vez en niveles del cuatro por ciento.
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En los últimos años, la inversión extranjera en el país ha crecido más rápido en valores financieros (acciones) que en inversión directa. En 2002 la inversión financiera de extranjeros fue de 2,600 millones de dólares y la inversión directa fue de 15,150 millones.
En 2003 la inversión en acciones fue por 3,150 millones y la inversión directa fue de 11,250.
En 2004 la inversión en acciones fue de 7,900 millones y la inversión directa fue de 16,000 millones.
La mejor calificación crediticia que los organismos internacionales han dado a México motiva el ahorro, porque una buena calificación disminuye sustancialmente el riesgo de invertir en el país.
Al contrario, la inversión directa se ha frenado un tanto, debido a la lentitud con la que se están haciendo las reformas estructurales que el país requiere.
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Los alimentos con valor agregado son los que salen al mercado procesados o semiprocesados y se catalogan en quince categorías. Carnes, lácteos, conserva de frutas y legumbres, molienda de trigo, molienda de maíz, molienda de café, azúcar, aceites y grasas comestibles, alimentos para animales, bebidas alcohólicas, cerveza, malta, refrescos, aguas gaseosas y cigarros.
México ocupa el octavo lugar mundial en la exportación de alimentos con valor agregado y participa con el 44 por ciento de las exportaciones totales de América Latina, (datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos).
En muchas ocasiones, México ha podido sortear las medidas proteccionistas, como cuotas antidumping, salvaguardas y subsidios, gracias a los múltiples tratados de libre comercio que ha firmado con muchos países.
Actualmente México y Estados Unidos se complementan en la fabricación de estos productos. El tratado de libre comercio eliminó barreras y tarifas, permitiendo mayor libertad y eficiencia.
A pesar de estos datos positivos, la exportación de alimentos procesados ha crecido para México, sólo cuatro por ciento al año. Muchos países para proteger a sus agricultores, imponen aranceles muy altos a la importación de alimentos con valor agregado.
Para México, la lucha para abrir paso a las exportaciones de alimentos procesados se da principalmente con Estados Unidos ya que el 85 por ciento de los alimentos preparados que el país exporta tienen como destino Estados Unidos.
Este hecho manifiesta claramente que México está desaprovechando las posibilidades de exportación de alimentos preparados a otros países, con los que ya tenemos acuerdos comerciales.
Las cámaras de Comercio de México, necesitan abrirse, informarse de las condiciones, la calidad requerida, las prestaciones, los reglamentos y la legislación de los países que pueden ser compradores de alimentos procesados mexicanos.
Sí se puede. Una compañía mexicana hace años que exporta a Alemania malvaviscos envueltos en chocolate, gomitas y gran variedad de dulces y caramelos; otra tiene un mercado asegurado de ajo, en todas sus presentaciones: fresco, en aceite, deshidratado, en lascas... se empaca aquí y ya lleva en la envoltura la leyenda y el precio en la lengua del país al que se exporta. Para terminar los ejemplos, es de dominio público el éxito de las cervezas mexicanas, tanto en Europa como e Asia.
