Un sector de la industria textil de México tiene perspectivas positivas, a pesar de la invasión de los productos chinos.
El grupo industrial Miro está utilizando algodón orgánico, libre de pesticidas y fertilizantes y con esa materia prima está elaborando desde el hilo hasta las prendas confeccionadas. Ya está exportando a Estados Unidos telas y prendas de vestir, sobre todo de marcas deportivas. El mercado de telas orgánicas está creciendo rápidamente, sobre todo en Europa. Actualmente el 62 por ciento de los importadores está pidiendo prendas de vestir con certificación Öekotex, que asegura al consumidor que las prendas están tratadas ecológicamente.
Según estudios del instituto que provee la certificación, el ser humano está el 95 por ciento de su vida en contacto con los químicos de los textiles con los que se viste, que pueden provocar enfermedades tan graves como el cáncer.
Tener la certificación Öekotex es prácticamente la entrada a Europa. Actualmente solamente cinco fábricas textiles en México tienen la certificación y en esta especialidad el crecimiento puede ser extraordinario, al no haber competencia, ya que la industria textil china no considera la fabricación de telas o prendas de vestir de algodón con certificación ecológica. Este es otro nicho en el que México puede crecer. La Cámara de la Industria del Vestido ya está estudiando las posibilidades del desarrollo del sector.
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Apicultores indígenas de Chiapas, Veracruz, Puebla y Guerrero fueron capaces de superar las exigencias de calidad del mercado europeo y el año pasado colocaron 200 toneladas de miel en Bélgica, Holanda y Francia. La marca con la que se vende es “Miel Maya”.
Este éxito fue posible debido a que la organización de los campesinos y a “Miel Maya Honing” una Organización No Gubernamental (ONG) belga que promueve las ventas y a la organización mexicana “Miel Solidaria Campesina”, que promueve entre los campesinos las mejoras de las técnicas de producción y la capacitación de la gente. El objetivo es ayudar a los campesinos para que puedan vivir en su lugar de origen, con su cultura y sus tradiciones, sin necesidad de emigrar.
“Miel Maya” tiene buena aceptación en el mercado belga, se vende en la cadena de mercados más importante y fue clasificada entre las de mejor calidad, de 36 marcas analizadas por la revista belga del consumidor Test-Achat.
“Miel Maya” cumple todas las normas ecológicas, se elabora en el ambiente natural de los bosques tropicales del sureste mexicano y en su elaboración no se utilizan químicos.
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El organismo internacional de la industria textil revela que México sigue siendo líder en el mercado norteamericano de veinte categorías textiles.
México tiene el 80.7 por ciento del mercado americano de telas estampadas. El 54 por ciento de telas de fibras sintéticas, el 25 por ciento de mezclilla y el 22 por ciento del hilo peinado de algodón. El éxito de México en esos productos se debe al alto valor agregado en las telas estampadas y a que en la manufactura se realiza con procesos automatizados que generan altos volúmenes de producción con muy poca mano de obra, aunque el proceso requiere máquinas costosas y alta tecnología.
Los subsidios que el Gobierno chino otorga a las empresas textiles de su país son proporcionales al volumen de mano de obra que utilizan, por lo que al automatizarse y eliminar la mano de obra, pierden el subsidio. El alto novel de automatización de las empresas textiles mexicanas significa un ahorro substancial de costos, lo que ha permitido a México mantener en Estados Unidos el liderazgo en el mercado de textiles de importación.
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La Banca está iniciando una nueva política. Está regresando a otorgar préstamos empresariales e hipotecarios.
Durante los últimos años, los bancos extranjeros que compraron los bancos mexicanos habían privilegiado la compra de papeles gubernamentales, ganando intereses mucho más altos que en sus países de origen y evitando los riesgos de cartera vencida y los gastos de investigación que conlleva la apertura de crédito a particulares.
A pesar del cambio de política, todavía la apertura es débil. El crecimiento de los créditos es inferior al 20 por ciento de la producción económica anual. Como referencia, si la comparamos con la de Brasil es la mitad y comparada con Estados Unidos es menos de la cuarta parte.
El disgusto por la falta de crédito llegó a su máximo al año pasado cuando el gobernador del Banco Central amenazó a los bancos con imponerles medidas como restringir las comisiones que estaban cobrando si no hacían más asequibles los préstamos y otros servicios.
En 2004 los préstamos hipotecarios crecieron 26 por ciento, los corporativos aumentaron 21 por ciento y el crédito al consumidor creció 45 por ciento.
Lo que está todavía rezagado es el crédito a la pequeña y mediana industria. La banca asegura que este sector repuntará este año.
