En un nivel todavía pequeño pero ya apreciable, el sector servicios está desarrollándose en México, de tal manera que este sector ya es el que más contribuye al crecimiento del Producto Interno Bruto del país. Este fue el proceso que se dio en todos los países desarrollados: el sector primario, la agricultura, aumentando su eficacia, requirió cada vez menos brazos para trabajar el campo. Gran parte de los campesinos desempleados emigró a las ciudades y se acomodó en el sector secundario: la producción industrial, produciendo un crecimiento importante del país. Finalmente, el crecimiento del sector industrial exigió más y más servicios, hasta llegar a ser el sector más dinámico de la economía.
En México ya se está dando el fenómeno. De acuerdo con los datos del INEGI, el sector servicios ha crecido 5.2 por ciento en su participación en el PIB. El año pasado el sector servicios produjo el 64 por ciento del PIB, contra el 58 por ciento de hace diez años.
El hecho que la industria no crezca al mismo ritmo que los servicios se explica por el hecho que la industria depende de factores externos. Por ejemplo, si la economía de Estados Unidos se estanca, hay menos demanda de los bienes que México produce por lo que el sector industrial disminuye su producción.
Al contrario, el sector servicios tiene una relación muy estrecha con el mercado interno y concretamente en México se ha incentivado por el crédito al consumo y por las remesas que vienen de Estados Unidos.
En México está creciendo el sector servicios como resultado de la globalización. Los mercados financieros de México han crecido mucho debido a los muy favorables intereses que generan en la bolsa.
Falta dar el último paso. México ha crecido hasta ahora en el sector industrial y en la exportación de manufacturas y de productos agrícolas.
Los países desarrollados y los que están creciendo a tasas aceleradas como China e India, enfocan su esfuerzo de crecimiento a la alta tecnología de las telecomunicaciones y de las finanzas.
Es lo que llaman la época posindustrial. Con una red de comunicaciones electrónicas que abarque todos los aspectos de la economía, de las finanzas, de los mercados, de la industria y del comercio, se abaten todas las fronteras y el desenvolvimiento de la información, la oferta de bienes y servicios, las compras y las ventas se tornan instantáneas, aunque las compradores y los vendedores se encuentren a decenas de miles de kilómetros de distancia.
Además del desconcertante crecimiento de los dos países más poblados del mundo, hay otros países, como Irlanda y Finlandia, que en el término de veinte años, habiendo “computarizado” su economía, de un desarrollo parecido al de México han llegado a dar a sus pueblos un nivel de vida que los sitúan entre los diez primeros del mundo.
Eso le falta a México.
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Los productores de pollo de Jalisco obtienen 73 centavos de cada peso que paga el consumidor. Al contrario los productores de plátano tipo Tabasco de Michoacán sólo reciben diez centavos por cada peso.
Los productores de frijol de Nayarit, de aguacate de Michoacán y de mango tipo Ataulfo, igual que los polleros de Jalisco, reciben un porcentaje muy alto del precio final de su producto. Al contrario, al igual que los plataneros de Michoacán los productores de mango tipo Manila de Tabasco y de plátano de Colima y Chiapas reciben menos de diez centavos por cada peso del precio final.
La diferencia está en la organización. Si los productores están organizados, pueden negociar los precios directamente con las tiendas de autoservicio y las centrales de abasto, eliminando los intermediarios.
Al contrario, los productores que quieren vender directamente, no tienen suficiente fuerza para negociar, al no contar con los volúmenes exigidos por los compradores terminan vendiendo su producción a “coyotes” que se quedan con toda la ganancia.
Es más, tanto los productores de aguacate de Michoacán como los polleros de Jalisco tienen personal capacitado en México y Estados Unidos que les informan directamente de las provisiones del mercado las demandas de los consumidores y con quién se debe negociar directamente.
Del mismo modo, los polleros de Jalisco tienen visores de mercado, uno en Nueva York, otro en Chicago y otro en Texas, ya que su principal mercado es el de exportación a Estados Unidos.
El Gobierno está apoyando a varias de estas organizaciones para la venta de sus productores, pero desgraciadamente todavía no se trata de una organización nacional, ni tampoco hay un plan oficial impulsado por el Gobierno para ayudar a que los pequeños productores agrícolas se organicen.