(Tercera parte)
LOS ALIMENTOS TAMBIÉN INFLUYEN EN EL ESTADO EMOCIONAL
El objetivo de una buena dieta es mantener la composición corporal, y una gran capacidad para el trabajo físico mental; el problema radica en que la alimentación moderna ha degenerado tanto que, con frecuencia, permite la vida aunque no la salud; sacia el apetito pero no nutre; satisface antojos, mas no fortalece, y esto tiene que ver con la vida sedentaria, la industrialización (mayor ingestión de productos refinados) y el grado elevado de estrés; se cree que en estos casos el organismo consume los nutrientes con mayor rapidez y se incrementa la necesidad de ingerirlos.
Otro aspecto que influye enormemente para que las personas padezcan sobrepeso y que caigan frecuentemente en desórdenes alimentarios; es el hecho de que vivimos en la era de la sobrealimentación. Si recordamos un poco, las personas que pasamos por encima de los 35 años, por ejemplo cuando íbamos al cine, las palomitas nos las daban en una bolsita en donde apenas cabía la mano para tomar un puño pequeño de las mismas y el refresco de una botella pequeña lo servían en un vaso mediano, mas sin embargo en la actualidad las palomitas te las dan en tinas que te reponen si te las terminas, y los refrescos más pequeños son de medio litro. Por otra parte, algo que a decir verdad me causó gracia y no pude evitar reírme, fue que un paciente me contó que en determinada región de la Comarca venden unas gorditas que les dicen ?hogaperros? porque son enormes. Bueno además de que muchos sabemos de los tan conocidos macrotortillones, macrohamburguesas y muchos otros alimentos que venden en diferentes áreas de la ciudad que cada vez son más abundantes, dañinos y engordativos, sin descartar la posibilidad de adquirir algún tipo de infección gastrointestinal.
Por otro lado, si bien todos nos ponemos furiosos o débiles por falta de alimento (como mencioné en el artículo anterior porque baja glucosa), no siempre es así, las causas pueden ser varias y sólo un especialista, mediante ciertos exámenes y revisiones, lo podrá determinar, de ahí que no siempre la falta de comida sea el origen de nuestro mal, aunque es bien cierto que al calmar nuestro apetito también sentimos placer mental. No en vano la existencia del viejo refrán que dice: ?Barriga llena corazón contento?.
Lo que sí puede traer consecuencias negativas al organismo son las comidas abundantes que aminoran el ritmo de actividad; y que son causantes de sobrepeso pudiendo llegar al grado de obesidad, que va de la mano de trastornos emocionales como: baja de la estima, complejos, inseguridad, el ser sometido a burla y rechazado.
Además algunas sustancias y alimentos estimulantes como el café, el alcohol y los refrigerios dulces, varían la concentración de azúcar en la sangre y pueden ocasionar decaimiento.
Las grasas, por su parte, tardan más en digerirse, lo que también puede provocar malestar, lo mismo que los productos demasiado condimentados.
UNA DIETA SUGERIDA
En términos generales lo que le recomiendo, es consumir más hidratos de carbono (50 por ciento), seguidos de los lípidos o grasas (no más de 30 por ciento) y las proteínas (20 por ciento), en el primer grupo son preferibles los carbohidratos complejos (pasta, arroz, pan, etc. de preferencia integrales) y menos de los simples (sobre todo el azúcar de mesa presente en innumerables productos), pues éstos se absorben más rápidamente, por eso la sensación de saciedad es más veloz pero de corta duración, además de que su abuso conduce a caries, obesidad, hipertensión arterial, diabetes, entre otros padecimientos.
En condiciones normales yo recomiendo comer cuatro veces al día; desayunar máximo de 30 a 45 minutos después de levantarse (si no ya no es desayuno). Puede ser algo ligero como: un jugo de naranja, un pan tostado con mantequilla y un café, o bien fruta, o un cereal con leche, después de tres horas tomar una colación, luego de otras tres horas también aproximadamente, vendrá la comida bien balanceada, y finalmente la cena que no debe de ser demasiado tarde ni muy excesiva, no es recomendable comer pastelillos ni galletas y demás productos ricos en hidratos de carbono simples como azúcares, porque pronto sentiremos hambre, sobre todo entre comidas, ya que nuestro malestar por tener el estómago ?vacío? volverá en corto tiempo.
Por último sabemos que una dieta adecuada, es una de las bases para la salud física y mental, pero recordemos que el cerebro no sólo se nutre de alimentos, por ejemplo; si una persona come sanamente, pero se sienta con posturas incorrectas, en una habitación sin ventanas donde pueda correr aire fresco, no será capaz de concentrarse o memorizar bien, porque su cerebro no estará recibiendo suficiente oxígeno.
Además de una alimentación sana y balanceada, no olvide hacer ejercicio, que también es un gran estimulante para que se sienta saludable y mucho mejor anímicamente. Cuídese. ¡Hasta pronto!
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