Ciudad del Vaticano, (Notimex).- La Basílica de San Pedro, la más importante y grande del cristianismo, se alza en la ribera derecha del río Tíber, en Roma, justo donde la tradición atribuye la ubicación de la tumba del apóstol de ese nombre.
La construcción del actual templo, que ahora forma parte del Estado vaticano, se extendió a lo largo del siglo XVI, bajo la dirección de artistas y arquitectos como Miguel Angel Buonarrotti, Giacomo della Porta y Domenico Fontana.
El templo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980, se levantó sobre los fundamentos de la Basílica de Constantino, consagrada en el año 326 y que por deseo de ese emperador romano se edificó en el lugar donde fue sepultado San Pedro.
Desde antes de la caída del Imperio, en el año 476 de nuestra era, los romanos comenzaron a transferirse a la zona adyacente a San Pedro, donde podían disfrutar mejor lo antiguos y gloriosos restos imperiales.
Los fieles visitaban la basílica original para venerar las sagradas reliquias: las tumbas del apóstol, de su hija Petronilla y de otros discípulos, un fragmento de la Cruz de Cristo y la famosa "Verónica", el velo en el que quedó inmortalizado el rostro de Jesús.
La construcción original se enriqueció a través de los siglos con aportaciones del arte bizantino, gótico y románico, mientras que frescos y mosaicos fueron colocados para decorar su fachada e interior entre los años 1100 y 1200.
En 1452, el papa Nicolás V decidió reestructurar el templo, tarea que encomendó al arquitecto Bernardo Rossellino, cuya muerte tres años después interrumpió los trabajos.
CONSTRUCCIÓN DE LA ACTUAL BASILICA
Fue hasta el arribo del pontífice Julio II, que Donato Di Pascuccio, conocido como el Bramante, asumió la obra y demolió por completo la antigua iglesia y la nueva tribuna edificada por Rossellino, para comenzar la construcción de la actual basílica.
Los trabajos iniciaron el 18 de abril de 1506 sobre un plano diseñado por el Bramante en forma de cruz griega con una gran cúpula central, sin embargo el arquitecto, fallecido en 1514, solo pudo edificar las cuatro pilastras centrales con sus respectivos arcos.
En 1520, tras la muerte de Raffaello, fue el turno de Antonio da Sangallo, a su vez sustituido por Miguel Angel Buonarrotti, quien desde 1547 dirigió los trabajos y recuperó el plano de el Bramante, imaginando a la basílica aislada en medio de una plaza.
Cuando Miguel Angel murió en 1564 había casi terminado el tambor, o muro cilíndrico, sobre el cual Giacomo Della Porta y Domenico Fontana construyeron la gran cúpula concebida por Buonarrotti.
A partir de 1607 Carlo Maderno completó la obra, que en 1612 quedó prácticamente terminada y en 1626 la basílica fue consagrada por el papa Urbano VIII.
Actualmente, la Basílica de San Pedro tiene una longitud de 186 metros, una superficie de 15 mil 160 metros cuadrados y la altura de la cúpula es de 119 metros.
LA RIQUEZA ARTISTICA
En su interior tiene innumerables obras de arte, entre ellas 100 estatuas de mármol (sin contar las 150 de la arquitectura), 160 de travertino, 90 de estuco, 40 de bronce e imponentes monumentos sepulcrales, como los dedicados a Urbano VIII y Alejandro VII.
El pabellón de bronce que cubre el altar, con cuatro columnas en forma retorcida y que sirve de marco a la tumba de San Pedro, es obra de Gian Lorenzo Bernini, quien usó parte del bronce despojado al templo del Pantheon, de la Roma antigua.
Casi al ingreso de la basílica, en la parte derecha, está la escultura "La Piedad" de Miguel Angel, ahora protegida por un cristal tras un atentado a martillazos.
La cúpula está decorada con figuras y medallones en mosaico que representan a los papas y obispos sepultados en el templo, además de santos y ángeles, bajo ésta se encuentra la Confesión, a la que se baja por dos escaleras y tiene las paredes incrustadas de mármoles.
La basílica cuenta con cinco puertas que se abren sobre la fachada, bajo la logia de las Bendiciones, y tiene una cruz diseñada sobre la Puerta Santa, misma que fue abierta por el papa Juan Pablo II en la solemne ceremonia por el Jubileo de 2000.
El templo tiene como marco una enorme plaza, a su vez circundada por un columnado edificado por Bernini bajo el pontificado de Alejandro VII (1655-1667), y en su centro se alza un obelisco en principio colocado a un lado, pero en 1586 fue puesto su actual sede.
El templo forma parte de las cuatro grandes basílicas de Roma, junto con la de San Juan de Letrán, la de Santa María la Mayor y la de San Pablo Extramuros.
Pero el privilegio de catedral de Roma corresponde a la de San Juan de Letrán "la madre de todas las iglesias", fundada por el emperador Constantino en el siglo III de nuestra era, destruida y reconstruida en numerosas ocasiones.
