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Batalla por el IMSS/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Hay dos maneras seguras de llegar al

desastre: una, pedir lo imposible; otra,

retrasar lo inevitable”. Francisco Cambó

Santiago Levy finalmente presentó su carta de renuncia el lunes tres de octubre. Esto no significa que haya dejado el Instituto Mexicano del Seguro Social por voluntad propia. La información disponible sugiere que desde el viernes 30 de septiembre ya el presidente había tomado la decisión de despedirlo. El fin de semana se filtraron notas a varios periódicos. Finalmente el vocero presidencial, Rubén Aguilar, informó en su conferencia de prensa mañanera del tres de octubre que ese mismo día se anunciaría la designación de un nuevo director general de la institución, aunque para ese entonces todavía no había carta de renuncia.

En la carta que finalmente se dio a conocer, fechada el mismo tres de octubre, Levy señala que confía que su renuncia “no impedirá que concluya la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo del Instituto con su Sindicato para el bienio 2005-2007 en el marco de la Ley”. Y ahí precisamente radica el meollo del asunto, ya que se ha interpretado la salida de Levy como un triunfo del sindicato en su intento por echar para atrás las reformas de 2004 a la Ley del IMSS.

Esta reforma es sensata. No afecta los intereses de los trabajadores que ya están laborando en el Instituto, pero modifica el régimen de pensiones para que quienes entren a trabajar a partir de ahora. Ya no será posible jubilarse, con pensiones superiores a los sueldos recibidos, a los 45 años o 50 años de edad.

Tanto el presidente Fox como el nuevo director general del IMSS, Fernando Flores, han señalado que el Gobierno no se ha echado para atrás en el intento por aplicar las reformas a la Ley del IMSS. Si esta posición es cierta, la destitución de Levy podría explicarse más por la necesidad de cambiar a un interlocutor que se había desgastado tras cinco años de combate con el sindicato que por una decisión de retractarse.

Pero será inevitable la tentación de aprovechar el momento para echar para atrás una reforma que, aunque parcial, es indispensable. El Sindicato del Seguro Social ha tomado como bandera principal para la renegociación del contrato colectivo de trabajo que estará en vigor de 2005 a 2007 la revocación de las reformas hechas a la Ley del IMSS en el 2004. Poco importa que estas reformas no afecten a los trabajadores que actualmente están en funciones y que se apliquen solamente a las nuevas contrataciones. El sindicato está empeñado en impedir una reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del IMSS.

Fernando Flores, el nuevo director general del Seguro Social estará negociando en una situación muy compleja. Por una parte el líder del sindicato, el diputado priista Roberto Vega Galina, ha tomado la destitución de Levy como un triunfo político personal y buscará mantener la inercia de su victoria. Por ello para él en lo personal es importante completar la negociación con la revocación de la reforma de 2004.

El Gobierno del presidente Fox, por otra parte, estará buscando que la salida de Levy no se siga viendo como una derrota en el esfuerzo por sanear las finanzas del Seguro Social. Y precisamente por eso le resulta indispensable ratificar la reforma e incluirla en el contrato colectivo. La falta de este último paso, de hecho, ha sido la razón por la cual no se han cubierto las plazas que se han abierto en la institución en los últimos meses.

El sindicato le ha dado por lo menos una buena bienvenida a Fernando Flores. Tras descalificar la gestión de Levy, Vega Galina declaró que el nuevo secretario genera esperanzas ya que conoce bien a la institución, para la cual trabajó como director de administración. Ésta es una forma de cuando menos lanzar un mensaje de buena voluntad en vísperas del reinicio de las negociaciones contractuales.

Al final del día, sin embargo, en este combate sólo puede haber un ganador. O se aplica una reforma que impida que se sigan desviando las cuotas obrero-patronales y gubernamentales del Seguro Social a subsidiar fondos de pensiones que carecen de reservas, con lo cual el Gobierno del presidente Fox habrá conseguido lo que busca, o se echa para atrás con el consiguiente triunfo del líder del sindicato y la inevitable quiebra de la institución.

Quizá para el Gobierno de Fox y el líder Vega Galina ésta sea una simple lucha política en tiempos preelectorales. Pero para el Seguro Social es un combate de vida o muerte.

SANEAR EL SEGURO

Santiago Levy hizo un gran esfuerzo por sanear el Seguro Social. Al tiempo que expandía servicios, aumentó las reservas financieras de 20 mil a 70 mil millones de pesos. Pero ningún esfuerzo para salvar al IMSS tendrá éxito si no se reforma su sistema de pensiones.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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